Hace un año la tranquila localidad rural de Santa Elena, en Entre Ríos, se vio sacudida por un inesperado conflicto. Un grupo vinculado al dirigente social Juan Grabois tomó un campo de la familia Etchevehere. Eran unos 40 hombres que decían pertenecer al desconocido Proyecto Artigas para levantar en el campo Casa Nueva un emprendimiento agroecológico. Claro, los usurpadores contaban con una complicidad importante: Dolores Etchevehere, integrante de la familia propietaria de las tierras, quien decidió donar parte del predio.
El próximo sábado 6 de noviembre, al mediodía, los hermanos Etchevehere (Luis Miguel, Juan Diego y Arturo Sebastián) harán un acto en la entrada al campo recuperado y descubrirán una placa en un monolito emplazado frente a la tranquera, según anticiparon desde la familia a TN.
Así dejarán testimonio del apoyo que tuvieron durante varias semanas que duró la ocupación de los productores entrerrianos y otros dirigentes rurales y políticos. Fue una tensa vigilia, con movilizaciones y protestas que tuvieron gran repercusión en los medios nacionales.
Cómo es el monolito que recuerda la toma del Proyecto Artigas
La construcción del singular monumento está casi terminada. Está montado sobre una plataforma de cemento de 12 metros cuadrados.
Juan Diego Etchevehere señaló a TN que “el 6 de noviembre es un día muy importante para nosotros porque estaremos descubriendo un monolito en agradecimiento y en honor a todas aquellas personas que defendieron con mucha valentía y con un sentido de una solidaridad muy grande el derecho a la propiedad privada”.
“Nos pareció apropiado dejarlo plasmado en algo que podamos recordar en el tiempo lo que representó la ocupación del campo Casa Nueva. Se descubrirá una placa en homenaje a todos los que participaron de esa justa resistencia”, agregó Etchevehere.
Todo había comenzado el 15 de octubre de 2020, cuando el exministro de Agricultura del gobierno de Cambiemos, Luis Miguel Etchevehere, denunció en las redes sociales que “un grupo armado liderado por Facundo Taboada, ingresó por la fuerza y usurpó en Entre Ríos un campo propiedad de Las Margaritas S.A. en nombre de Juan Grabois. Se denunció el hecho en la fiscalía de La Paz, a cargo del doctor Oscar Sobko”.
Efectivamente, Dolores Etchevehere (enfrentada con sus hermanos y con su madre Leonor Barbero Marcial) estuvo adentro del campo junto a los militantes del Proyecto Artigas. Comenzaron a trabajar una pequeña parcela cerca del casco de la estancia, una huerta agroecológica sin la utilización de químicos. Claro, era una puesta en escena para difundir la intencionalidad política del grupo que respondía a Grabois.
“Dolores apuesta a construir un proyecto productivo, que tiene como objetivo la agroecología y la soberanía alimentaria”, anunciaban los voceros de la ocupación, quienes además sostenían que la justicia debía intervenir para garantizarle a Dolores Etchevehere el acceso a sus derechos hereditarios en el campo. A todo esto, el gobernador Gustavo Bordet se mostraba cauto y esperaba un pronunciamiento de la justicia provincial.
Hubo muchas idas y vueltas, movilizaciones, polémicas en los medios y finalmente llegó la resolución de la jueza de Entre Ríos, María Carolina Castagno, quien ordenó el 29 de octubre de 2020 la restitución del campo a la madre de los Etchevehere. Llegó el desalojo de los militantes del Proyecto Artigas y la única que no acató la orden judicial fue justamente Dolores. Se la llevaron detenida y el escándalo cobró mas relevancia. A un año, el singular monolito recordará esas semanas de tensión en la tranquila Santa Elena.
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