TN

Temas de hoy:

  • Javier Milei
  • "Dólares del colchón"
  • Franco Colapinto
  • Horror en Villa Crespo
  • Dólar hoy
  • TN Cultura
  • Venezuela
  • Independiente-Huracán
  • Política
  • EN VIVO
    tnPolítica

    Cuba hace sonar la cuerda autoritaria de la izquierda argentina

    Dirigentes e intelectuales domésticos se amoldan, resignados o con entusiasmo según los casos, como si fuera un precio módico por “conquistas populares” que es difícil identificar.

    Marcos Novaro
    Por 

    Marcos Novaro

    18 de julio 2021, 05:45hs
    Cuba vivió la semana pasada una de las mayores protestas contra el gobierno de las últimas décadas (Foto: AFP).
    Cuba vivió la semana pasada una de las mayores protestas contra el gobierno de las últimas décadas (Foto: AFP).

    La reciente ola de protestas en la isla, reprimida con puño de hierro por el régimen castrista, tal como cíclicamente sucede desde hace más de 60 años, ha obligado a muchos dirigentes e intelectuales de la izquierda argentina, que no quisieron o no pudieron imitar a Alberto Fernández y hacerse los otarios, a decir abiertamente lo que en el fondo siempre han pensado, o con las vueltas de la vida han vuelto a pensar: la democracia pluralista no les interesa, los derechos individuales tampoco, y cuando su ejercicio se contrapone a la conveniencia política, directamente les molestan, los descartan o devalúan sin hacerse mucho problema.

    // “Patria o muerte”: el Frente de Todos respaldó al gobierno de Cuba y la TV estatal pasó un video de Carlos Heller y Eduardo Valdés

    Se dirá que eso no es lo que sucede en la llamada “izquierda democrática”, “socialdemócrata”, “reformista” o “moderada”. Pero ¿algo de eso existe entre nosotros?, ¿dónde?

    Lo cierto es que hoy en día resulta más difícil que nunca localizar en nuestro zoológico político a la fauna, sea una figura, corriente o partido, que porta esos atributos. Tal vez se los podría hallar en algún intelectual o dirigente suelto, o en un sector minoritario de una fuerza más amplia, o alguna fuerza menor (“la izquierda del radicalismo”, o el Partido Socialista), pero nada de eso alcanza para desmentir el hecho de que la izquierda en general se ha plegado a las tesituras más tradicionales y recalcitrantes contra el liberalismo político.

    No por nada, ella ha sido absorbida por el Frente de Todos, a más bajo precio y de modo mucho más exhaustivo de lo que lo había sido en tiempos del Frente para la Victoria.

    Agrupaciones de izquierda manifestaron su apoyo al Gobierno de Cuba frente a la embajada de ese país en Buenos Aires (Foto:NA).
    Agrupaciones de izquierda manifestaron su apoyo al Gobierno de Cuba frente a la embajada de ese país en Buenos Aires (Foto:NA).

    Hoy hay, desde el trotskismo hasta Ricardo Alfonsín, una línea de continuidad: nadie allí se desvela por los derechos de las minorías, la división de poderes, la separación entre el partido de gobierno y el Estado, la libertad de expresión ni la independencia de la Justicia, pues entienden que la mayoría de las veces son excusas de los ricos, la “derecha oligárquica” y demás aliados del Imperialismo norteamericano para perjudicar a los “gobiernos nacionales y populares”. El papel penoso que vienen cumpliendo figuras otrora críticas del kirchnerismo en estos aspectos, como es el caso de nuestro embajador en Madrid, o la directora del Inadi Victoria Donda, alguna vez crítica con la “manipulación de los derechos humanos”, o los sindicalistas de ATE y la CTA que la década pasada supieron defender la autonomía del INDEC, ilustra bastante bien el punto.

    Influye también, advirtamos, la experiencia macrista, que tanto en lo que hizo bien, como fue el caso con nuestras relaciones externas, como en lo que hizo mal, el manejo del financiamiento del Estado y sus déficits, terminó validando y hasta extremando ese tipo de opiniones, en detrimento de las más moderadas y matizadas.

    Es en este marco de ideas y actitudes maniqueas y fuertemente ideologizadas que irrumpe el caso Cuba. Gravitante porque Cuba siempre estuvo allí, bien dispuesta para estimular lo más recalcitrante en los imaginarios y las costumbres políticas de ese sector de la vida política nacional.

    Un hombre es detenido durante una manifestación contra el gobierno del presidente cubano Miguel Díaz-Canel en La Habana, el 11 de julio (Foto de ADALBERTO ROQUE / AFP).
    Un hombre es detenido durante una manifestación contra el gobierno del presidente cubano Miguel Díaz-Canel en La Habana, el 11 de julio (Foto de ADALBERTO ROQUE / AFP).

    Su régimen, acorralado por el malhumor social, se ofrece una vez más como una “dictadura”, pero una “justiciera y a la defensiva”, ejercida por un frágil David que tiene enfrente a un enorme Goliat que, según se dice, no se cansa de victimizar a los Davids de este mundo, a los más pobres y débiles. Por lo que resulta para muchos justificado que suprima las voces de quienes podrían “dividir su frente interno”, “conspirar contra la unidad del pueblo” y su “santa comunión”, al decir de Frai Betto, con el Estado y el Partido. Ayudando así a que el Imperio se salga con la suya.

    En un país como Argentina, que ostenta niveles récord de antinorteamericanismo y victimismo, se entiende que esas imágenes ejerzan fuerte influencia. Incluso más allá de las fronteras de la izquierda, en grupos nacionalistas de todo tipo. Más todavía en un momento como el actual: las protestas en Cuba coinciden con una intensa agitación política en prácticamente toda la región, fruto de la pandemia, la subsecuente crisis de las economías nacionales, y también de un largo ciclo de polarización que no parece tener final a la vista.

    Y es en particular esta polarización imperante en la política latinoamericana, por factores no del todo ajenos a la política cubana, aunque se manifiesten mucho más llamativamente en otros países, la que parece tener un rol hoy más determinante para explicar la inclinación autoritaria de la izquierda, la argentina y en alguna medida también la del resto de la región: nos referimos en concreto al hasta aquí “exitoso” giro autoritario que están atravesando diversas expresiones del populismo radicalizado, desde el venezolano hasta el nicaragüense, pasando por el boliviano y en alguna medida también el argentino, en los últimos años. Un giro que, a medida que prospera, va generando un nuevo sentido común respecto a lo que es aceptable o tolerable y lo que no lo es.

    El cantante cubano Yotuel Romero, uno de los intérpretes de "Patria y Vida", canción que se convirtió en himno de las protestas cubanas (Foto de Eva Marie UZCATEGUI / AFP) .
    El cantante cubano Yotuel Romero, uno de los intérpretes de "Patria y Vida", canción que se convirtió en himno de las protestas cubanas (Foto de Eva Marie UZCATEGUI / AFP) .

    La diferencia a este respecto con lo que sucedía 10 o 15 años atrás es muy elocuente. En la década de los 2000, recordemos, Hugo Chávez pagó costos políticos y reputacionales muy altos por adoptar medidas antipluralistas y represivas mucho más tenues que a las que hoy nos tienen acostumbrados sus herederos, Nicolás Maduro y sus acólitos. Eso fue así porque todavía en aquellos años la democracia liberal era una conquista reciente en la región y una promesa compartida por prácticamente todas las fuerzas políticas con gravitación en ella; era una “casa común”, depositaria de una legitimidad incuestionable incluso por muchos de los seguidores del propio Chávez.

    En cambio hoy esa legitimidad está más acotada y cascoteada. Se ha ido naturalizando en el ínterin el hecho de que los derechos individuales y de las minorías se sacrifiquen para preservar a regímenes que se arrogan una legitimidad propia y superior a cualquier constitución o sistema institucional preexistente. Y estos regímenes lograron, al menos en algunos casos, imponer esos abusos y perdurar. Por lo que sus simpatizantes, dentro y fuera de sus fronteras, han tendido también a adaptarse a sus modos, naturalizando el aval que se brinda a esas violaciones de derechos. Lo que resulta una gran ventaja, porque ya no hace falta andar dando tantas explicaciones.

    Habrá que ver a cuántos de nuestros izquierdistas la represión en Cuba los empuja a reflexionar más allá de las barreras de la polarización y del fanatismo ideológico. Probablemente, igual que ha sucedido con la tragedia venezolana, lo logre en mayor medida entre los más jóvenes: para muchos adeptos al rap y el trap les va a resultar difícil desatender el hecho de que el movimiento generado en torno a Patria y Vida en la isla se parece más a L-Gante y a Residente que a los esbirros uniformados de su propia generación, y sus mismos orígenes sociales, pero que tanto en La Habana, en Caracas como en Buenos Aires salen a la calle solo cuando se trata de defender sus espacios de poder en el Estado, y festejar las ocurrencias de sus líderes (por caso, la “innovadora” e “igualadora” idea de repartir netbooks donde ha dejado de haber escuelas, y dar a entender que así están salvando a los jóvenes de la exclusión), precisamente contra la amenaza que ejerce gente como ellos, con su voto, sus voces o su pataleo, desde fuera de esos regímenes.

    Las más leídas de Política

    1

    Victoria Villarruel rearma a su equipo para fortalecer su control del Senado y el vínculo con la oposición

    Por 

    Fernando Fraquelli

    2

    Las trampas del plan “tus dólares”, la nueva definición de CFK y la interna de los Macri tras la derrota

    Por 

    Luciana Geuna

    3

    Karina Milei interviene para bajar la tensión en LLA y empezar a negociar con los aliados en la Provincia

    Por 

    Ignacio Salerno

    4

    Cruce entre Nación y Provincia: un ministro de Kicillof cuestionó a Bullrich por los datos sobre femicidios

    5

    Tras las tensiones, Milei confirmó el acuerdo con Macri en Provincia: LLA y el PRO afinan los últimos detalles

    Suscribite a los newsletters de TN

    Recibí las últimas noticias de TN en tu correo.

    Temas de la nota

    cubaizquierda

    Más sobre Política

    La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Javier Alonso. (Fotos: NA).

    Cruce entre Nación y Provincia: un ministro de Kicillof cuestionó a Bullrich por los datos sobre femicidios

    Milei y Jorge Macri. Fuente: REUTERS/Agustin Marcarian

    La Ciudad le pedirá a Nación una gestión conjunta del Puerto de Buenos Aires y podría abrir un foco de tensión

    Por 

    Bruno Yacono

    La vicepresidenta Victoria Villarruel junto al renunciante secretario administrativo Emilio Viramonte Olmos (Foto: Senado)

    Victoria Villarruel rearma a su equipo para fortalecer su control del Senado y el vínculo con la oposición

    Por 

    Fernando Fraquelli

    Los comentarios publicados en TN.com.ar podrán ser reproducidos parcial o totalmente en la pantalla de Todo Noticias, como así también las imágenes de los autores.

    © 1996 - 2025, Artear

    Seguinos en las redes

    Descargate la app de TN

    google-playapp-store

    Últimas noticias

    • Sin azúcar: la receta para hacer pepas caseras saludables para compartir este 25 de mayo
    • “¿Por qué me hiciste esto?”: el reclamo de Mirtha Legrand a Ricardo Darín que lo dejó en shock
    • Las cuatro señales que indican que tenés que cambiar tu celular
    • Con un golazo de Lionel Messi, Inter Miami logró un empate agónico en la MLS ante Philadelphia Union

    Secciones

    • Últimas noticias
    • Elecciones 2025
    • Deportivo
    • Show
    • Economía
    • Internacional
    • Opinión
    • Policiales
    • Política
    • Sociedad

    Sitios amigos

    • Grupo Clarín
    • Artear
    • eltrece
    • Ciudad Magazine
    • El Doce
    • Cucinare
    • Canal (á)
    • Clarín
    • Olé
    • Mitre
    • La 100
    • Cienradios
    • TyC Sports
    • La Voz
    • Vía País

    Descargate la app de TN

    google-playapp-store

    Seguinos en las redes

    © 1996 - 2025, Artear

    Mapa del sitio
    Términos y Condiciones
    Políticas de privacidad
    Media Kit