Las últimas imágenes del naufragio kirchnerista muestran a una Cristina Kirchner navegando en un mar de dinero sucio y negro.
Cristina y Nestor soñaron en quedar en la historia como Perón y Evita, pero van a quedar en los libros como un matrimonio que no tuvo escrúpulos. Van a quedar grabados con la imagen del éxtasis de Néstor Kirchner abrazando una caja de seguridad y de Cristina justificando lo injustificable.
Muchos elementos coinciden en calificar al convento de General Rodríguez como un lugar preocupante. Jorge Fernández Díaz acertó al decirle Monasterio de Planificación: la presencia de Julio De Vido, de Alicia Kirchner, de Rubén Di Monte, el obispo del poder, lo demuestran.
Cristina termina asociada a esta imagen: las bóvedas debajo del altar son una metáfora de los Kirchner. Si ellos tuvieron un Dios ese fue el dinero. Tuvieron una voracidad y una codicia sin límites. Es el matrimonio más delictivo de la historia de Argentina. Tenían formas creativas para el mal, para robar, y para desaparecer plata. Saquearon al Estado: fue un robo permanente.
Las noticias de los últimos tiempos son cachetazos que terminan de hacer implosionar al discurso del cristinismo. Son una secta de cínicos disfrazados de revolucionarios.
El caso de Ibar Pérez Corradi también abre el juego para conocer más de la participación de algunos funcionarios en negocios oscuros, como Aníbal Fernández. Él dijo que no tenía nada que ver con el Sedronar. Que no mienta: él fue una especie de interventor en esa entidad en la que hizo negocios con la efedrina. Debería estar muy preocupado Aníbal.
Uno busca, pero cuesta encontrar un funcionario honesto en el gobierno de los Kirhcner. No hay area que no hayan prostituido con su dinero sucio y fácil. El kirchnerismo fue lo peor que nos pasó a todos los argentinos.
