La celebración del 1° de Mayo tendrá al movimiento obrero dividido. Este año es probable que sea especialmente un escenario fragmentado porque Hugo Moyano hizo su acto de manera anticipada, que fue de bajo perfil y pasó inadvertido.
// El acto por el Día del Trabajador mostrará las divisiones entre la CGT y los Moyano
El dirigente que va a hacer algo un poco más interesante es el jefe de Sanidad y triunviro de la CGT, Héctor Daer, que va a tener un encuentro con Dilma Rousseff, la expresidenta de Brasil. Este puede llegar a convertirse en el acto políticamente más relevante de la fecha.
En resumen, se trata de un feriado políticamente desactivado por el sector obrero. El único que activó el Día del Trabajador fue el Gobierno cuando presentó los proyectos de reforma laboral. De esta manera, la gestión de Mauricio Macri dio una señal de qué van a avanzar en este punto. Aparentemente cuentan con acuerdos de este sector para llevar adelante los cambios en el blanqueo laboral y pasantías.
En las últimas semanas, el sindicalismo tendió a reducir sus planteos más críticos frente al Gobierno. El sector de los bancarios, un sindicato muy importante, cedió su feroz resistencia contra el oficialismo. Esto está dando la señal que por el este lado, Cambiemos no va a tener grandes problemas con un escenario que se muestra pacífico.
Por su parte, Luis Barrionuevo, el interventor del PJ, es un satélite que va por su órbita. En el mundo sindical hay una mayoría que decidió moderarse. Lograron reemplazar la cláusula gatillo por la revisión en la segunda mitad del año, que se puede demorar.
¿Qué va a hacer el peronismo frente a esta situación? Después de las iniciativas que tomaron frente a las tarifas, volver a mostrarse moderados con este "amistoso" proyecto de reforma laboral no es mala idea. Probablemente, este miércoles tengamos un problema con las subas en los servicios pero a ellos les conviene mostrar que tienen un aspecto razonable.
