Esto recién empieza. ¿Y qué es lo que recién empieza? La idea de transformar a la Argentina. El Gobierno tiene una idea transformadora, que incluye reformas profundas que necesitan pasar por el Congreso.
Qué está descubriendo el Presidente
Que una cosa es ganar elecciones y otra es ganar votaciones. Hay una polea de transmisión entre la urna y el Congreso que no es lineal. La nueva ley de Presupuesto se va a aprobar, pero no tal como la soñaba Milei. Va a tener que excluir el famoso capítulo 11, que en la práctica derogaba las partidas para discapacidad y universidades.
¿Qué se le pasaba por la cabeza al gobierno para incluir sin avisar estos artículos polémicos que desconocían lo votado por gran parte de la oposición y que habían generado un tembladeral político? Por que volvían a la carga con algo a lo que buena parte del Congreso y la sociedad les había dicho que no?
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Una hipótesis: Milei creyó que había sido tan contundente el triunfo en octubre y el apoyo de Trump, que eso —urnas y Trump— iba a ser disciplinador para la oposición, para los aliados estratégicos, para el PRO, para el radicalismo, para los gobernadores peronistas y otros no peronistas del norte y del resto del país. Que a partir del 10 de diciembre con el recambio en el Congreso las leyes iban a salir tal cual las diseñaba el Ejecutivo. Y la novedad es que no. O al menos que sin debate, no.
Sorpresa
La sorpresa por el intento de derogar discapacidad y universidades fue tan grande que volvió a instalar en el Pro, el radicalismo y los gobernadores aliados una idea: seguimos sin poder confiar. ¿Por qué el Gobierno no puede generar una relación colaborativa más estable, pactos de confianza con la oposición dialoguista? ¿Omnipotencia, estrategia, personalidad del líder? No lo sabemos. Pero sí sabemos cuáles son las consecuencias. Milei tiene una vocación transformadora gigantesca, pero a pesar de que mejoró su número, todavía no tiene una representación parlamentaria gigantesca. Sin alianzas firmes, previsibles, no va a poder.
Menem, que era peronista, que tenía a los organismos del Estado a favor, que tenía a los gremios a favor, tuvo que esperar dos años para conseguir su primera gran privatización, que fue ENTEL. Y tenía mucho más consenso que el que tiene hoy Milei. Moraleja: sin un apoyo político amplio, sin lazos de confianza firmes y acuerdos estables, todo se hará cuesta arriba. Y esto recién empieza.
El Gobierno entendió, por suerte más temprano que tarde, que no podía no tener ley de Presupuesto. El mensaje para la sociedad, para el mercado, para Trump, hubiera sido muy malo. “¿No pudiste con la ley de Presupuesto y vas a conseguir una reforma laboral, impositiva y más adelante, jubilatoria? ¿Y si tiene que pasar por el Congreso una parte del acuerdo comercial con EE.UU.?
Si no arriaste el ganado en el primer rodeo, que se supone es el más fácil, ¿qué queda para el resto de las leyes, que son las complicadas en serio? El Gobierno bajó un cambio y lo va a aprobar así, sin el famoso capítulo de la discordia.
Pero ahí hay un problema en el nuevo pacto de confianza con el PRO, con una parte del radicalismo y con los gobernadores que están mirando de reojo: “¿Qué es lo próximo que vas a hacer? ¿Me vas a volver a traicionar?”, se preguntan.
Se agrega un elemento más
La Auditoría General de la Nación (AGN) es un organismo que controla los gastos del Estado. Entre gallos y medianoche, el Gobierno hizo un acuerdo con el kirchnerismo y llenó esas sillas. Luego apuró la jura para formalizarlos a todos, a pesar de las quejas del PRO.
De vuelta: sin pactos duraderos y lazos colaborativos es más difícil hacer cambios profundos.
Pero el Gobierno tiene algo a favor: un fenómeno climático: la sequía peronista. Un ejemplo que retrata la sequía de ideas: en Quilmes hay una pelea entre la kirchnerista Mayra Mendoza y el (de hecho) kirchnerista Juan Grabois. Se pelean por el control del estacionamiento rentado y por qué hacer con los trapitos, muchos de los cuales pertenecen al Movimiento de Trabajadores Excluídos. El municipio quiere concesionar el estacionamiento y Grabois quiere que esa concesión la tenga una cooperativa de trabajadores. Ayer hubo disturbios en la calle e intervino la Policía. Grabois se quejó ante Mayra y la exintendenta le contestó en un audio que se viralizó. En la puja por qué hacer con el estacionamiento rentado y los trapitos se encierra, a escala mini, el desconcierto actual del peronismo/kirchnerismo. Cómo se administra el espacio público? ¿Cuánto de privado y cuánto del Estado? ¿Hasta dónde debe intervenir la Policía?
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Esta miniatura muestra la crisis del peronismo. Ya no es una disputa por liderazgos sino por doctrina. ¿De qué se trata la nueva propuesta, la alternativa a Milei?
Esta sequía peronista financia involuntariamente los errores del Gobierno. La gran pregunta es si Milei sabrá aprovecharla.
Esto recién empieza.



