Estamos en un enredo de una relación bilateral, aunque el problema no es entre dos estados, no es entre la sociedad argentina y el estado español. Lo que está pasando entre Milei y Pedro Sánchez es una manifestación más, muy expresiva y elocuente, de un problema que está dominando mucho a la sociedad occidental y a las relaciones internacionales desde hace tiempo.
¿Cuál es el problema? Podríamos decir la grieta. La grieta dentro de cada sociedad, la polarización dentro de cada comunidad nacional que hace que los líderes políticos, los jefes de estado, se sientan menos jefes de estado que jefes de una facción, y entiendan que su función principal no es representar los intereses del país, sino los de esa facción.
Leé también: Javier Milei volvió a cargar contra el presidente español: “Lo tengo match point a Pedrito”
Pedir el voto por alguien de otro país, en detrimento por supuesto de los que compiten con ese otro. Entonces si uno se pone a hacer la genealogía, la historia de este conflicto entre Milei y Pedro Sánchez, y tiene en cuenta este contexto de las nuevas costumbres en las relaciones entre líderes y países de la relaciones exteriores, tal vez debiera empezar por las siguientes declaraciones del presidente español:
“Los votantes argentinos no solo van a elegir a un nuevo presidente, sino que van a decidir algo mucho más importante que es el futuro que quieren para su país. Los dos candidatos en lista, ofrecen opciones profundamente diferentes entre sí. Sergio Massa representa la apuesta por la convivencia democrática, por la concordia, y ofrece un proyecto de unidad, de solidaridad, con oportunidades para todos y para todas. Y en un contexto global complejo e incierto como el actual, necesitamos fortalecer eso, nuestras democracias. Adoptar políticas que den respuestas a las necesidades de la gente, sobre todo de la gente más humilde. Y seguir por la senda de los avances sociales. Frente a la estridencia, Sergio Massa representa la tolerancia y el diálogo para construir una Argentina con un desarrollo inclusivo, que no deje a nadie atrás”.
Acá lo tenemos al presidente del estado español haciendo un aviso publicitario en la Argentina, en otro país, a favor de uno de los candidatos que estaba en la contienda dirimiendo ya el balotaje. Es decir haciendo campaña para que los argentinos, no solo voten a Massa sino obviamente no voten a Milei. ¿Esto es producto de la relación de amistad de Pedro Sánchez con Massa? No tanto. En realidad, el compromiso es con Alberto Fernández, cuya biografía sigue en España y cuyos pasos retrató el diario El Mundo, un medio español de centro derecha, diciendo: “Se muda Alberto Fernández a España con su familia ‘woke’ y va a ser asesor de Pedro Sánchez”.
Después Sánchez, de manera muy poco clara, nunca con su propia voz, desmintió que Alberto Fernández estuviera trabajando para él. Probablemente de manera rentada. Pero a lo mejor habría que buscar en este vínculo profesional de Fernández -en estas amistades personales- el origen de ese primer ataque a Milei, en el que, después, el presidente argentino se justifica para hacer campaña a favor de Vox.
Esto no es un rasgo solamente en la relación entre España y la Argentina. Hay que recordar que el propio Milei, hace pocos meses, fue a pedir el voto a favor de Trump en la sociedad estadounidense.
Fue a participar de un acto de campaña de Donald Trump y esto le valió no una reacción como la que tiene Pedro Sánchez ahora tan estridente, pero sí un mensaje de la diplomacia norteamericana diciendo: “Mirá, si venís a pedir plata al Fondo Monetario Internacional y el apoyo de Biden, te queremos avisar que acá en Estados Unidos también hay política, y si vos hacés campaña por un candidato opositor al gobierno, el gobierno de Biden no se va a sentir tan amigo tuyo”.
Este llamado de atención hizo que Milei después en una entrevista con el Financial Times, dijera o aclarara: “Yo soy amigo de los Estados Unidos, de unos y de otros, de los demócratas y los republicanos”. Es decir, se bajó de la campaña de Trump.
Probablemente, el vínculo más afectado por esta nueva modalidad de relaciones exteriores facciosas, que ya no son relaciones internacionales -es decir no son entre naciones, sino entre facciones, entre bandos, entre partidos- la manifestación más dura la tengamos en la relación con Brasil.
La relación de Milei con Lula está congelada. En principio, porque Milei dijo que Lula era un “corrupto” en una entrevista que le hizo Jaime Bayly: “Por supuesto, es un corrupto que estuvo preso. Lula no se recuperó hasta hoy emocionalmente de eso que tomó como un insulto”. Aunque Milei puede decir: “Lula vos fuiste a Estados Unidos a decirle a Biden que si yo ganaba, se deterioraba la democracia en la Argentina”
“Cuando analizamos la geopolítica del mundo, nos damos cuenta de que las oportunidades se están agotando cada vez más y que la democracia está cada vez más en peligro, porque la negación de la política tiene efectos en que sectores extremistas comienzan a ocupar espacios en función de la negación de la política en el mundo entero, como ya ocurrió en Brasil, como está ocurriendo en Argentina y está pasando en otros países”, expresó el presidente brasileño en una charla con el mandatario estadounidense.
Ahora en este conflicto de Milei con el líder del socialismo español, Pedro Sánchez, hay una curiosidad que uno la advierte si mira la política española, no lo que está pasando entre los dos líderes. ¿Qué está pasando en España? Una campaña electoral por las elecciones europeas de representación en el parlamento europeo que se van a realizar entre el 6 y el 9 del mes que viene. ¿Cuál es el partido más importante de España? ¿Cuál es el que probablemente gane las elecciones al igual que el año pasado? No es el de Sánchez, no es el de Vox -el de los amigos de Milei- es el Partido Popular, el partido de Núñez Feijóo, de Aznar, de Rajoy.
Leé también: España anunció que retira a su embajadora de la Argentina porque Milei se negó a pedirle perdón a Sánchez
Cuando Milei va a apoyar a Vox, en contra de Sánchez, este recoge el guante enseguida, festeja y entra en la pelea porque Milei presta un servicio invalorable para él: exagera las posibilidades de Vox, que es tercero, y disimula al Partido Popular que es el que verdaderamente le preocupa, porque es el que le puede ganar la elección y probablemente se la va a ganar.
Al final la pelea en la que se metió Milei termina dando para él el peor resultado que es que Sánchez se agrande y saque una mínima ventaja en una pelea que es contra los populares.