En el corazón de Mar del Plata, el edificio Demetrio Elíades, conocido popularmente como “el Havanna”, celebra sus 56 años. Inaugurado en 1969, este icónico rascacielos se mantiene como el más alto de la ciudad con sus 125 metros. La construcción se ubica sobre la Avenida Peralta Ramos al 2800, próxima a las playas Las Toscas y La Bristol.
Detrás de esta monumental obra reside la visión de Demetrio Elíades, quien, junto a sus colaboradores, transformó el perfil urbano de la ciudad costera.
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Elíades, nacido en la isla de Creta a comienzos del siglo XX, tiene una biografía llena de vacíos e incertidumbres. Las reseñas periodísticas y el libro “Crónica loca: maravillas, rarezas, curiosidades y misterios de los argentinos”, de Víctor Sueiro, destacó su amistad temprana con el magnate Aristóteles Onassis. Ambos compartieron el sueño adolescente de abandonar Grecia, su país natal, para conquistar el mundo.

Instalado en Mar del Plata en la década del 30, Demetrio comenzó vendiendo corbatas en un puesto ambulante. Luego se unió a un grupo de mozos para comprar un pequeño bar. Su proyección lo llevó a invertir en diversos negocios, entre ellos una farmacia y varios restaurantes, uno de los cuales se llamaba Havanna.
La historia de la marca se consolidó cuando Eliades decidió reinvertir sus ingresos en la fabricación de alfajores. La primera cocina Havanna abrió en 1948 frente al Casino Central de Mar del Plata y rápidamente fue un éxito. Con el tiempo, Eliades fundó Delco, la empresa constructora responsable de varios edificios.

En 1966 comenzó la construcción del edificio más alto del skyline marplatense. Se utilizaron técnicas de vanguardia para asegurar su estabilidad a pocos metros de la playa. Con 39 pisos, todos con vista al mar, el edificio se nombró en honor a su promotor. Aunque Elíades no vivió para ver su finalización, su legado perdura.
Ingeniería y arquitectura: desafío constructivo
El desarrollador soñaba con un perfil urbano similar al de Nueva York, utiliza las vistas costeras de Mar del Plata. El legado de Elíades no se limitó a esta construcción, ya que también fue responsable de otros rascacielos emblemáticos como el Palacio Edén (ubicado en Bolívar al 2100, el séptimo más alto de Mar del Plata, con 88 metros).

La concepción de estas obras no fue posible sin la colaboración del arquitecto Juan Antonio Dompé y el ingeniero polaco Jan Josef Ruszkowski, quienes formaron un equipo para edificarlo.
Desde su propuesta, Elíades tenía muy clara la intervención, con conceptos muy definidos: prismas puros en forma de torre que se diferencian del perfil urbano, con vistas a toda la ciudad y, principalmente, que todas las unidades cuenten con balcón y vistas directas al mar.
El edificio demandó casi tres años y exigió varios desafíos constructivos para levantarse. Cuenta con un sistema estructural de hormigón armado tradicional, compuesto por una platea de doble armadura reposada sobre el sustrato de piedra, vigas, columnas y tabiques.

Entre las innovaciones técnicas implementadas, se destacan las carpinterías de aluminio anodizado natural, utilizadas por primera vez en la construcción tradicional de esa época en los años ´60. A solicitud de Elíades, se emplearon aditivos y aceleradores de fraguado del hormigón, lo que permitió unificar el armado y encofrado, colocación de armaduras y el llenado de hormigón de un piso cada diez días laborables.
Habitantes ilustres y glamour
El edificio Havanna se refleja también en su comunidad de residentes y visitantes. Famosos como Carlitos Balá, Bruno Gelber y Mónica Gonzaga tuvieron unidades en este rascacielos, lo que agrega un toque de glamour a la ya fascinante postal de la ciudad.

Además, varias celebridades alquilaron departamentos allí a lo largo de los años mientras hicieron temporada en los teatros de la ciudad, como Mónica Farro, Jorge Marrale y Nicolás Vázquez, lo que aumenta la notoriedad del edificio.
La puesta en valor del gigante
El Edificio Demetrio Elíades inició una ambiciosa etapa de restauración exterior. Carlos Julián Santillán, administrador del Consorcio, señaló que la recuperación de toda la envolvente edilicia fue la obra más significativa y esperada por los propietarios y el Municipio. Estas tareas, que comenzaron en agosto de 2022, incluyen la reparación de revestimientos, la rectificación de revoques y el tratamiento de los hierros de las armaduras para evitar óxido, los cuales se reemplazan por acero inoxidable.

Las obras también incluyeron el cambio de las salidas de calefones por repuestos originales para evitar imitaciones de calidad inferior. El administrador Santillán detalló que se aplicaron cuatro manos de pintura de primera marca, fundamental en la primera línea de mar. Hace un año y medio se completó toda la parte del contrafrente que da a las avenidas Colón y Alsina, y actualmente trabajan sobre el frente en las líneas de balcones C y D.
El administrador informó que el edificio enfrenta ahora el trámite de la Ordenanza de Balá. El proyecto ya se presentó ante el Honorable Concejo Deliberante y se derivó al EMSUR y a la comisión de monumentos. Se formalizó la iniciativa para colocar un monumento de Carlitos Balá en la vereda. La propuesta la presentaron integrantes de la comunidad consorcial, ya que el humorista, actor y músico fue propietario de un departamento en el piso 8.

Con sus 56 años, el edificio se encuentra bien en términos de estado general. Santillán observa un espíritu optimista en los propietarios que buscan ponerlo en valor. El compromiso es continuar con las tareas de mejora de la fachada, que no se completaban desde los años 1998/2000, además de cumplir con el mantenimiento edilicio según la ordenanza municipal Nro. 12.562.
Las obras pendientes son terminar la fachada, y luego reparar y mejorar las superficies de planta baja a la calle, la marquesina de estacionamiento de cortesía, las rejas y el patio por calle Olavarría, la vereda, la terraza de cocheras y el cambio de luminarias de balcones para lograr una imagen homogénea.
El gigante por dentro: mercado inmobiliario
El Demetrio Elíades no es solo una obra de ingeniería; funciona como un termómetro preciso del mercado inmobiliario local. Rodrigo Sanz, martillero y corredor público de Sanz y Ordoqui Propiedades, analizó qué ocurre “puertas adentro” en el edificio más alto de la ciudad.

El inmueble alberga unas 273 unidades, distribuidas a razón de siete por planta.
Tipologías y Metrajes:
- La línea A son departamentos de 2 Amb de 45m2.
- La línea B son departamentos de 1 Amb de 32 m2.
- Las líneas C y G son departamentos de 3 ambientes con dependencia de servicios y dos baños de 75 m2.
- La línea D son departamentos de 2 Amb 50 m2 orientados al frente.
- Las líneas E y F son departamentos de 2 ambientes con dependencia de servicios y dos baños, con un total de 65 m2.

En el Havanna conviven hoy dos mercados: unidades originales y recicladas, lo que genera una brecha de inversión muy clara. Sanz indicó que un departamento en estado original en pisos intermedios ronda los US$80.000. Tras una inversión aproximada de US$20.000 en un reciclado de calidad, esa misma unidad alcanza un valor de mercado de US$125.000.
Matías Nicolás Ruger, de Ruger Negocios Inmobiliarios, señaló que, “a medida que los departamentos se modernizan, muchos propietarios eligen el piso de porcelanato con placas de gran tamaño para dar mejor visual al ambiente”.
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En las cocinas se opta por usar colores claros y mesadas de silestone o granito, y en los baños se elimina la bañera para instalar el pediluvio con mamparas de vidrio.
Ruger explicó que muchas unidades aún se encuentran en estado original, lo que permite llevar a cabo un reciclado completo. “La principal modificación en varias unidades es la unificación de la cocina y el lavadero al sector del living comedor, para crear un concepto de espacio abierto, lo que da mayor visibilidad y amplitud".
También, los departamentos con dependencia de servicios suelen modificarse para ganar comodidad en la cocina o, incluso, reciclarse para dejar un cuarto de huésped con baño privado.

Desde Rosi Rodrigues ex Cross, el asesor Julio Cesar Miño Barrios aportó un ejemplo concreto del valor que adquieren las unidades premium y recicladas. Un departamento de dos ambientes en el piso 39, con 40m2 totales, fue tasado en US$149.900. La unidad, vendida amueblada y decorada, posee vistas panorámicas y un balcón saliente.
Miño Barrios detalló las características de estas unidades de alto nivel: “El departamento fue reciclado íntegramente. Se le hizo una actualización total de cañerías de agua y gas nuevas, cableado e instalación eléctrica. Se buscó un concepto moderno, elegante y funcional. Además, se encuentra calefaccionado por radiador”.
Por su ubicación en el piso 39, el valor de alquiler de este departamento asciende a $130.000 la noche en temporada. Los alquileres para temporada de verano en general oscilan entre los $80.000 y $190.000, dependiendo la cantidad de ambientes y el estado de cada departamento.



