Las inundaciones en la provincia de Buenos Aires es otro de los tantos problemas estructurales no resueltos por las distintas gobernaciones. Las últimas lluvias volvieron a mostrar un déficit que no se resuelve y que necesita de al menos US$ 1.000 millones para resolverse. En los últimos 30 años se produjeron 33 episodios de inundaciones, más de uno por año.
El problema no es nuevo pero llovieron 300 milímetros en tres días y más de 15 partidos bonaerenses vuelven a lidiar con las inundaciones, con más de 10.000 evacuados.
Al indagar en las razones, son varias y llevan años de errores, falta de previsión, mal planeamiento y por sobre todo, el constante déficit de fondos.
"Hay un problema geográfico y estructural. Además, no hay recursos económicos. La magnitud de lo que hay que hacer es enorme", afirmó hoy a radio Mitre, Pablo Romanazzi, ingeniero y docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata en el área de Hidrología.
Los más de 100 barrios cerrados que se levantaron en la cuenca del río Luján, desde Tigre hasta Suipacha, en zonas que antes funcionaban como desaguadores o humedales, complicó la situación de zonas donde antes no se inundaban. Se hicieron obras no autorizadas en campos o proliferaron los canales liberadores que le llevaron el agua a otros.
La primera queja que sale a la luz es la falta de obras hidráulicas. En parte, es cierto y en parte no. Se hicieron algunas, otras se hicieron sin un plan claro y se armó un crucigrama que no terminó siendo una solución. Todo es insuficiente.
Según el especialista en cambio climático y biólogo, Sergio Federovisky, se produjeron 33 episodios de inundaciones en la provincia de Buenos Aires en los últimos 30 años, más de uno por año.
Según los números del presupuesto 2014 de la provincia de Buenos Aires, se destinaron $250 millones para el área desagües y drenaje, un 14% más que en 2013, muy por debajo de los incrementos en las partidas de más de 50% para Seguridad o el servicio penitenciario.
Sin embargo, el dinero asignado para paliar las inundaciones no siempre se ejecuta.
NÚMEROS SIN OBRAS
El gobierno bonaerense subejecutó en 2013 el 41 por ciento del presupuesto del programa destinado a controlar inundaciones, según lo denunciado por el diputado de la provincia de Buenos Aires, Alberto Asseff.
La información proviene de las planillas de ejecución presupuestaria que publica la Contaduría General de la provincia, donde figura que en 2013 se gastaron $ 137.139.714,30 en el programa específico de Control de Inundaciones, pese a que los legisladores bonaerenses habían asignado $ 229.194.480 a esa partida.
Para 2014, el programa fue aprobado con un incremento significativo: 380.054.063 pesos. Sin embargo, a datos de abril -última rendición oficial disponible-, el Poder Ejecutivo bonaerense había ejecutado sólo 11.386.905 pesos, el 2,8% del total.
En el Ministerio de Infraestructura bonaerense informaron que se invirtió $ 79 millones en la primera etapa de saneamiento del río Luján; corresponde al tramo Las Tropas, que abarca a la ruta 8 en los partidos de Luján y Pilar. Y está prevista una segunda etapa de obras en la desembocadura del arroyo Larena, en los partidos de Exaltación de la Cruz y Campana, con una inversión de $ 72 millones. Juntos con otras obras complementarias sumarán una erogación de $ 170 millones. En tanto, sobre la cuenca del río Areco se realizaron obras por $ 59 millones para limpiezas, defensas y construcción de un canal aliviador.
Sin embargo, las grandes obras hdráulicas dependen del crédito externo. La legislatura autorizó al gobernador Scioli a tomar más préstamos pero el aislamiento financiero internacional del país frena la llegada del dinero.
Otra fuente de ingresos es el Plan Federal de Control de Inundaciones, dependientes de la subsecretaría de Recursos Hídricos del ministerio de Planificación. En 2014 esta partida contó con $486 millones de los cuales $197 millones fueron para la provincia de Buenos Aires.
Desde el campo, muestran otros números. Según un informe del comité de Hidráulica de la Sociedad Rural Argentina, las obras en la Cuenca del Río Salado (17 millones de hectáreas de la provincia de Buenos Aires) se encuentran estancadas. Hasta ahora, sólo se ejecutó el 8% del plan maestro.
Según el comité de Hidráulica de la SRA, la paralización de las obras tiene dos causas: falta de interés y falta de financiamiento. Por las características de las obras de saneamiento hídrico rural, que representan altos montos y largo recupero, se requiere de fondeos especiales, que actualmente no se disponen.