El Gobierno mira con expectativa la próxima campaña agrícola. Con la soja repuntando en los mercados internacionales y con perspectivas de producciones históricas en maíz y trigo, el ministro de Economía, Luis Caputo, espera un mayor flujo de divisas del agro en 2026.
Según un informe de LCG basado en datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el valor total de la cosecha podría aumentar en torno a US$4000 millones frente al ciclo previo.
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El principal impulso proviene de la oleaginosa. Tras el acuerdo entre China y Estados Unidos, que habilitó la reanudación de compras del gigante asiático, el precio internacional de la soja registró un salto significativo desde fines de octubre. LCG precisó que el contrato futuro para mayo de 2026 en la Bolsa de Chicago pasó de promediar US$/tn 390 entre enero y septiembre a rondar los US$/tn 420 en las últimas semanas, una mejora del 8%.
“La suba del precio internacional es una buena noticia para el gobierno argentino”, señaló la consultora, al remarcar que este avance podría compensar “parcialmente” la caída proyectada en la producción.

Para la campaña 2025/26, se estima una cosecha de 47 millones de toneladas de soja, por debajo de los 49,5 millones del ciclo previo. Aun así, el salto de las cotizaciones permitiría que, “solo por efecto precio”, el valor de la producción aumente alrededor de US$1400 millones, según el informe. Ese empuje es clave para un año en el que el Gobierno deberá afrontar vencimientos relevantes en moneda extranjera.
El movimiento de precios se produce en paralelo a un escenario productivo favorable para los otros dos cultivos centrales de la oferta exportadora argentina. La BCR proyecta un fuerte incremento en las cosechas de maíz y trigo, sustentado en un aumento del área sembrada y en mejores rendimientos.
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La mejora combinada permitiría que la producción agregada de los tres principales cultivos crezca 10% en 2025/26 y alcance uno de los niveles más altos de los últimos años.
Para el Gobierno, el ingreso adicional aparece como un factor central en la estrategia de consolidación fiscal y acumulación de reservas de cara a 2026. En el Palacio de Hacienda siguen de cerca las previsiones y confían en que la combinación de recuperación productiva y condiciones externas más favorables facilite la entrada de divisas.

La evolución del tipo de cambio y del esquema impositivo, como ocurre cada año, influirá en la velocidad de liquidación de exportaciones. Sin embargo, el repunte internacional de la soja y el salto esperado en maíz y trigo configuran un escenario que, si se confirma, podría convertirse en un alivio para las cuentas externas.
El agro vuelve así al centro de las expectativas oficiales. Con precios más altos y cosechas que apuntan a máximos recientes, Caputo espera que el campo sea nuevamente un motor clave para reforzar la disponibilidad de dólares y sostener la estabilidad macroeconómica en 2026.


