A pesar de la caída en la actividad que se generó por el ajuste que implementó Javier Milei, la tasa de empleo en la Argentina se mantiene en torno al 45%. El Gobierno espera poder avanzar con una reforma laboral que aumente no solo esa proporción, sino también la cantidad de trabajadores registrados.
Sin embargo, los analistas ponen la lupa en la composición de esa tasa: el trabajo registrado en el sector privado está estancado y, por el contrario, aumenta la informalidad y los monotributistas.
Leé también: En medio de la pelea por las paritarias, los bancarios acordaron un aumento salarial en línea con la inflación
Tanto los datos del INDEC (al último cuatrimestre del año pasado) como los del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA, a febrero) muestran que el empleo asalariado en el sector formal se mantiene en torno a los 6 millones de puestos de trabajo desde 2011. En cambio, los monotributistas pasaron de 1,3 millones a superar los 2 millones en el mismo lapso.

“Entre 2014 y 2024, el empleo total creció un 20%, incorporando 3,6 millones de trabajadores. Sin embargo, detrás de este dato se oculta una realidad preocupante, el empleo asalariado privado registrado (el segmento más sólido y protegido) se mantuvo prácticamente estancado en torno a los 6,2 millones de puestos”, recalcó un informe de Ieral elaborado por Laura Caullo, investigadora a cargo del área de empleo y política social.
El mismo documento detalló que el incremento del empleo estuvo impulsado principalmente por un aumento del 40% la cantidad de monotributistas y consideró que esa modalidad aunque, ofrece cierta formalización fiscal, muchas veces encubre un vínculo laboral. Al mismo tiempo, el empleo público creció 18%.
Leé también: Por la baja en lácteos y carnes, los precios de los alimentos cayeron en la segunda semana de mayo
“A su vez, buena parte de los nuevos ocupados se insertaron en la informalidad. Así, la expansión del empleo se apoyó en formatos precarios o insostenibles, sin revertir la debilidad estructural del mercado laboral, es decir, la incapacidad de generar empleo privado formal, de calidad y a escala”, puntualizó Ieral.
Informalidad creciente y bajos salarios
Según el último reporte del INDEC, un 36,1% de los asalariados del país no tienen descuento jubilatorio, es decir, que trabajan como empleados de manera irregular. Por su parte, Ieral estimó -en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares- que el promedio de informalidad laboral es de 42% en el país, con mayoría de asalariados.
La cuestión salarial no es menor en el ámbito informal. Se estiman que los sueldos son 40% más bajos para los trabajadores no registrados en comparación con los formalizados.
Leé también: Aumentan los transportes y el peaje en el AMBA: cuánto costarán a partir de junio
Sin embargo, el dato del INDEC mostró un crecimiento de 23,2% en los salarios informales durante el primer trimestre, muy por encima de la inflación acumulada en el mismo período, que alcanzó el 8,6%, y del alza en los sueldos del sector registrado. La explicación para ese desfasaje es estadística: el dato de remuneraciones informales, por la complejidad de la medición, tiene un rezago de cinco meses.

“El mercado de trabajo no parece haber ajustado tanto por cantidades como por calidad de empleo y precio (salario) pagado”, analizaba la consultora LCG cuando se conoció el último dato de empleo del INDEC. En la misma línea, los especialistas de esa firma indicaron que, aunque esperaban que el desempleo continuara a la baja (el último registro es de 6,4%), también proyectan estabilidad en la informalidad.
Desde IERAL también destacaron que la informalidad tiene brechas geográficas significativas. Mientras en algunas zonas (como Tierra del Fuego, Santa Cruz o CABA) está cerca del 20% de los ocupados, en otras (como Tucumán) supera el 60%. “Estas diferencias responden, en gran medida, a la estructura productiva regional y a los niveles salariales, que condicionan las posibilidades de acceso al empleo formal”, indicaron.

En un momento en el que los gremios denuncian el impacto de la baja de aranceles a las importaciones en el empleo en Tierra del Fuego, en Ieral llamaron a tener en cuenta las diferencias territoriales antes de pensar en una reforma laboral.
“Es indispensable reconocer las realidades locales, donde los niveles salariales, las estructuras productivas y las condiciones de empleo varían enormemente”, apuntaron.
Como informó TN, cambiar las leyes laborales es una de las asignaturas pendientes en la agenda reformista del Gobierno. Los propios funcionarios dijeron en varias oportunidades que están esperando a tener mayor representación en el Congreso -después de las elecciones de medio término- para poder aprobar las modificaciones legislativas.