Las dudas sobre cuándo se va a levantar el cepo al dólar están muy lejos de despejarse. Pese a que el Gobierno intenta enviar señales para contener la tensión de los inversores, las inquietudes aún no se disipan y ahora avanzan un paso más. A la preocupación por los tiempos y el impacto del plan oficial para el frente cambiario, se suman nuevas preguntas: ¿Llegarán dólares de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional? ¿Cuándo?
Durante el feriado del 9 de julio, el Presidente respondió una serie de consultas de los usuarios de las redes sociales y, entre ellas, enumeró los requerimientos que -a su entender- se necesitan para eliminar las restricciones cambiarias. “Se tienen que dar tres condiciones en conjunto... Terminar con los pasivos remunerados, terminar con los puts y convergencia de la inflación con la devaluación en un entorno cercano a cero mensual…”, indicó Milei.
Sin embargo, el Presidente evitó un punto que se vuelve clave en la discusión sobre la quita de las trabas para acceder al dólar: la escasez de divisas y las dificultades que tendrá el Banco Central para sumar reservas durante la segunda parte del año, ya sin el impulso de la cosecha y con mayores exigencias por los pagos de vencimientos de deuda y las importaciones de energía.
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“Se olvidó de hablar de que el Banco Central tiene que acumular reservas y que eso puede ayudar a salir del cepo de forma más sólida y con menos riesgo. El tema de los puts, que pueden intentar resolver normativamente en un acuerdo con los bancos, es un paliativo, pero mientras no tengas reservas vas a tener un problema y la salida del cepo no se ve muy cerca, menos con este tipo de cambio real. Hasta que no corrijan el tipo de cambio y acumulen un buen stock de reservas, me parece que vamos a seguir lejos de la salida del cepo”, analizó Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores.
Tal como explicó TN, puertas adentro del Gobierno empieza a circular la idea de avanzar en una salida en etapas. “Hay que sacarle las capas al cepo”, grafican en despachos oficiales. Y aseguran que por lo pronto las reservas se destinarán a las operaciones vinculadas al comercio, así como que las restricciones se levantarán enteramente “cuando las condiciones lo permitan”. Otra vez, esquivan las precisiones sobre las fechas.
“Milei quiere que la convergencia de la inflación al crawling pew, el ancla cambiaría, se produzca antes de salir del cepo. Eso probablemente se traduzca en que quieren salir sin devaluar”, reflexionó Gabriel Caamaño, economista y socio de Outlier. Y agregó: “Van a necesitar mucha liquidez en moneda extranjera, más allá de otros costos o desafíos, liquidez que aún no tienen y por eso el mercado interpreta que la salida se demora”.
Lo que sucede es que para atender la demanda de dólares, el Gobierno debería contar con mayor stock de divisas y todavía no están claras cuáles serían las fuentes a través de las cuales ingresaría ese refuerzo. Por estas horas, la opción más fuerte parece ser que el equipo económico acuerde un nuevo programa con el FMI, pero esta alternativa tampoco llegará inmediatamente.
“Con la ‘hoja de ruta’ desde la política fiscal y monetaria más clara, más allá con los desafíos de implementación que enfrentan, los operadores vienen focalizando su atención cada vez más en la estrategia cambiaria ante la más complicada dinámica estacional de las reservas por delante. De ahí que crece la expectativa por un nuevo programa con el FMI que pudiera aportar fondos frescos, y así adelantar los tiempos para avanzar al menos en una gradual salida del cepo”, describió el economista Gustavo Ber.
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En relación con el nuevo acuerdo con el Fondo, dentro del equipo económico insisten en no hablar de fechas precisas, aunque barajan la posibilidad de que se concrete a fin de año. “No hay ningún apuro”, relativizan.
Pero lo cierto es que las intenciones para conseguir nuevos desembolsos del organismo por parte del Gobierno se presentaron. Ya en el último staff report del organismo quedó plasmado que el Gobierno se comprometió a entregarle al FMI un plan sobre su política monetaria con tres puntos centrales: las tasas de interés, los agregados monetarios y el tipo de cambio.
En ese entonces, el Gobierno también avisó que no adelantaría plazos. “Lo definirán las propias autoridades, contemplando la evolución de las variables económicas relevantes, y se compartirán con el FMI los parámetros que serán monitoreados, sin incluir compromisos de fechas o medidas específicas”, indicaron en el Ejecutivo.
“No veo al FMI muy entusiasmado con que este esquema sea sustentable ni que van a dar dólares para sostener este tipo de cambio real. Están contentos con la cuestión fiscal, pero hay condiciones más necesarias que deben cumplirse como tener un tipo de cambio mejor y que haya mejor stock de reservas”, cerró Repetto.