Las distintas plataformas digitales de comercio y pago se convirtieron en herramientas fundamentales para garantizar la transparencia. Su información ya es utilizada por los organismos públicos de control para combatir el fraude fiscal.
Las transacciones en billeteras digitales, así como las plataformas de comercio electrónico, se convirtieron en los grandes aliados de la lucha contra la evasión fiscal. El registro de las operaciones y la transparencia son hoy herramientas fundamentales de las que se nutren las instituciones públicas a la hora de combatir este tipo de evasiones.
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Esto es algo que toma especial relevancia a la luz de la preponderancia que tomaron los medios de pago digitales frente al efectivo, especialmente luego de la pandemia. Según datos del BCRA, la cantidad de transacciones por persona a través de medios de pago electrónicos se duplicó entre 2019 y 2022, al tiempo que el dinero en efectivo en poder de la gente cayó, medido en términos reales, un 50% durante el mismo período. Así, actualmente uno de cada cuatro pagos se realiza con código QR.
Esta clase de tecnologías permiten a las diferentes agencias de control acceder a datos y/o usuarios que antes resultaban prácticamente invisibles.
De esta manera, el registro de cada transacción de forma automática y en tiempo real posibilita que se puedan comparar las declaraciones juradas de los vendedores con los datos de cada una de las plataformas habilitadas.
Otro dato que ilustra el notable crecimiento de los medios de pago digitales indica, según la Cámara Argentina de Fintech, que el uso de Claves Virtuales Uniformes (denominadas CVU para diferenciarlas de sus contrapartes bancarias tradicionales) pasó de 1,2 millones de usuarios en 2019 a más de 34 millones en 2023.
A su vez, los altos niveles de economía informal, que se estiman de entre el 35% y el 40%, en función de lo revelado por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), terminan siendo un enemigo en esta lucha, ya que muchos trabajadores reciben sus pagos por fuera de un sistema bancarizado. Si se reglamenta esta situación, o al menos se migra hacia la utilización de billeteras virtuales, que también cruzan información con el sistema bancario y organismos de administración fiscal, se podría seguir de manera más sencilla el recorrido del dinero.
Las diferentes apps, billeteras digitales y plataformas de e-commerce convierten así a las transacciones digitales en fuentes de información tributaria que se analiza detalladamente a la hora de contrastar con las declaraciones de aquellos que realizan alguna actividad comercial. Aunque aún existen quienes creen que vender o cobrar a través de Internet puede resultar la vía perfecta para la evasión, en realidad es exactamente al revés: en las transacciones en la web quedan siempre las pruebas que luego sirven a los organismos públicos de control.
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La tecnología es capaz de convertir una muestra de datos en un programa informático para extraer inferencias de nuevos conjuntos de datos, tal como ocurre con Weigo, el nuevo sistema dedicado a pagos digitales por patentes vehiculares. Esta herramienta, que permite realizar transacciones en apenas 20 segundos, sirve tanto para autos como para motos, y la patente es capturada por cámaras inteligentes y reconocida mediante algoritmos de machine learning. El sistema permite al usuario abonar con tarjeta de crédito o débito, por lo que todas las operaciones están bancarizadas. Así, la comodidad y la practicidad de no tener que llevar efectivo, se unen a la seguridad fiscal por la capacidad de “trackeo” que tienen los fondos, tanto de dónde provienen como hacia dónde llegan.
La modernización constante nos amplía el horizonte de posibilidades, ya que nos permite seguir innovando e impulsando el desarrollo de la tecnología en todos los ámbitos, incluyendo aquellos que remiten a una mayor transparencia en el manejo ético de la información. Los especialistas del sector estiman que la recaudación de impuestos, en un futuro no muy lejano, será mucho mayor con big data, Inteligencia Artificial y machine learning que a través de los métodos tradicionales.
Las herramientas ya están disponibles. Ahora el desafío queda en manos de las administraciones tributarias que pretendan dar un paso más contra la evasión fiscal, asociándose a la tecnología analítica predictiva para fiscalizar y recaudar.
(*) Guillermo Pierazzoli es gerente y responsable del desarrollo de Weigopay, marca del Grupo Boldt