El secretario de Comercio, Matías Tombolini, avanza en la implementación de cambios en el fideicomiso del trigo. La intención es subsidiar solamente y en forma directa el precio del pan, pero hay resistencia por parte de los panaderos, que advierten dificultades para acceder vía el sistema bancario.
Si bien en teoría el nuevo mecanismo beneficiaría a las panaderías porque no depende del molino al que le compren la harina, el problema se plantea a partir de la informalidad en la que operan muchas de ellas.
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Aducen que hay “muchos panaderos que, a causa de la pandemia, quedaron con deudas, están el Veraz o tienen sus cuentas bancarias embargadas”, según explicó Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos de Merlo.
El tema formó parte de la reunión que este jueves mantuvieron dirigentes panaderos con funcionarios de la Secretaría de Comercio. Ya sin la tensión que se vivió en el encuentro previo, cuando Tombolini presentó la propuesta de reorientar el subsidios y los empresarios se resistieron.
Avanzan los cambios
La reunión del martes fue calificada por los panaderos como un “fracaso rotundo”; derivó en una advertencia de aumento del pan por encima de $450 el kilo. Para este encuentro las aguas se calmaron un poco. Los comerciantes aceptaron avanzar hacia un subsidio directo, pero presentaron una contrapropuesta.
Una primera propuesta consiste en que el pago del subsidio no se efectúe a través del sistema bancario, sino en una cuenta especialmente creada para eso o en efectivo, y la segunda, que el monto del subsidio, de alrededor de $600, no sea una suma fija, sino un 30% del precio de la bolsa de harina.
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Tras mencionar las inhabilitaciones de muchas panaderías para operar en sistema bancario, Pinto dijo que además precisan “que el Gobierno les dé facilidades a aquellos panaderos que por la pandemia quedaron con deudas de AFIP o de monotributo, para que todos puedan estar dentro del sistema”.
En cuanto a la vigencia, pidieron que se mantenga en el tiempo ese valor porcentual, para cubrirse “de eventuales aumentos”. El objetivo de la propuesta es que se pueda mantener el precio del kilo de pan al público, entre $380 y $410.
Qué dijo Tombolini sobre los cambios
En los últimos días circularon varias versiones, incluida la posibilidad de que se elimine de manera total el fideicomiso del trigo. Este jueves, Tombolini utilizó su cuenta de la red social Twitter para aclarar que no está en los planes darlo de baja sino reorientar el beneficio.
“No existe intención de eliminar el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA)”, aseguró el funcionario, y aclaró que lo que se busca es “optimizar la operatoria”.
“Propusimos, como alternativa, cambiar el mecanismo compensando la demanda y orientando el subsidio solo a la harina para producir pan, sin dejar de dar curso a nuevas incorporaciones de molinos y agilizando los desembolsos”, dijo.
El problema es que, desde que asumió el cargo, el secretario de Comercio viene detectando irregularidades en la implementación.
“A la luz de los resultados este mecanismo funcionó parcialmente. Existen casos de molinos que cobran por la harina que se venden a sí mismos para fabricar galletitas. Esto no está necesariamente mal, pero no se observan resultados en precios al consumidor”, reconoció.
Ante esta situación, dijo que “la intención es seguir dialogando con todos los sectores sin interrumpir los procesos en marcha” para lograr “llevar alivio a la mesa de los argentinos”. “Para eso necesitamos trabajar con herramientas que funcionen y que hasta aquí presentan deficiencias que urge corregir”.
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Los fondos del FETA provienen de las retenciones extraordinarias al aceite de soja y, bajo el esquema actual, se distribuye entre los molinos que participan, y así se subsidia la bolsa de 25 kilos de harina que compran industrias, distribuidores, panaderías y afines.
Ahora, la idea es que el subsidio llegue de forma directa a las panaderías. Sólo resta definir si se va a atender las demandas de ese sector, ante las dificultades financieras que presentan.