La salud mental se volvió un tema central en el deporte profesional, en el que muchos coinciden en que la presión competitiva, la exposición pública constante, las lesiones y la autoexigencia extrema pueden provocar ansiedad, depresión y desgaste emocional en los atletas. Algo así es lo que le ocurrió a Eric Montes, exjugador del Barcelona, que decidió retirarse a los 27 años con toda una carrera por delante.
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El joven, que fue capitán del equipo durante su etapa de inferiores en La Masía, pero que no llegó a debutar en el primer equipo, señaló que dejó el fútbol para priorizar su bienestar personal. “No quiero sufrir más”, fue la frase contundente con la que comunicó su decisión en una conferencia de prensa.

El mediocampista explicó que durante años había pensado en dejar el deporte, pero que no lo había hecho por miedo a lo desconocido y a lo que otros pudieran pensar sobre su elección. “Va a sonar un poco duro, pero me da igual: quiero dejar el fútbol de manera profesional”, declaró en público, marcando un punto de inflexión en su vida personal y profesional.
Montes señaló que una grave lesión de ligamentos en la rodilla fue clave para replantear su relación con el fútbol. Aunque la lesión fue físicamente dolorosa, afirmó que mentalmente fue reveladora porque le permitió dejar de “poner una careta” para ir a entrenar y reconocer el sufrimiento que le generaba la exigencia del deporte de alto rendimiento.

La carrera de Montes comenzó en La Masia, la prestigiosa academia del Barcelona, donde se destacó como líder y capitán en diversas divisiones juveniles. Tras dejar el club catalán en 2017, integró planteles como el Girona FC, Cultural Leonesa, Albacete y Gimnàstic de Tarragona antes de llegar al Algeciras, su último equipo como profesional.
En sus declaraciones, el jugador afirmó que después de tantos años de práctica y competencia, ya no quería seguir sufriendo y que su objetivo ahora es regresar a su ciudad natal, Manresa, para iniciar una nueva etapa en su vida lejos de la presión del fútbol profesional.

Este caso se asemeja al del futbolista del Barcelona, Ronald Araujo, que decidió hacer una pausa en su carrera para atender su bienestar psicológico tras un período de presión y críticas. La decisión, comunicada en consenso con el club y su representante, no implica un retiro definitivo, sino una búsqueda de equilibrio personal y la voluntad de volver cuando se sienta preparado para competir de nuevo.
Barcelona le brindó respaldo institucional y tiempo indefinido para su recuperación, subrayando que priorizar la salud mental es clave incluso en los deportes más exigentes.


