El 3 de diciembre de 2015 se produjo uno de los hechos más bochornosos de la historia de la Asociación del Fútbol Argentino. En una votación para elegir al nuevo presidente, con 75 asambleístas presentes, la elección entre Luis Segura y Marcelo Tinelli terminó empatada en 38. Nunca se pudo determinar de dónde salió ese voto de más y el escándalo tuvo repercusión internacional.
A raíz de este papelón, una comisión normalizadora presidida por Armando Pérez se hizo cargo de la AFA. En esa transición se inició el camino ascendente de Claudio Tapia, presidente de Barracas Central y por entonces yerno del sindicalista Hugo Moyano.
El insólito empate se convirtió en un hito político que le dio comienzo a la carrera del Chiqui rumbo a la titularidad del máximo organismo del fútbol argentino, amparado en un grupo que él mismo había creado con dirigentes de las categorías menores, que se llamó Ascenso Unido.
Durante todo 2016, Chiqui Tapia fue ganando consenso entre la dirigencia deportiva y pasó a cobrar notoriedad. De todos modos, pocos podían apostar en aquel entonces que el titular de un club barrial, como Barracas Central, iba a terminaría sentado en el sillón que durante más de 35 años ocupó Julio Humberto Grondona, quien había fallecido el 30 de julio de 2014.
De barrendero, a presidente de la AFA
Chiqui Tapia llegó al mundo del fútbol después de haber empezado bien de abajo. Uno de sus primeros trabajos fue como barrendero en Manliba, la empresa que durante años se encargó de la recolección de residuos en la ciudad de Buenos Aires y que le pertenecía a la familia Macri. En esa firma, ascendió a recolector y luego a inspector del centro de residuos.
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Chiqui se hizo amigo de Pablo Moyano, hijo de Hugo, y en una fiesta familiar conoció a Paola. Poco después se convirtió en yerno del líder de la CGT, al que le dio 4 nietos. Paralelamente, construía su carrera política en el fútbol. Con el paso de los años, en la propia familia Moyano encontró también enemigos, entre ellos el propio Pablo, quien en un momento fue muy crítico de Tapia.
En 2001 ganó las elecciones como presidente de Barracas Central, donde había sido delantero del equipo de primera división años atrás. Encontró al club en una situación pésima y logró levantarlo. A punto tal que se construyó un polideportivo con cancha de paddle, fútbol 5, voley, básquet y bochas. También logró que el equipo ganara su primer campeonato en 2003. El estadio, que está en el barrio de Parque Patricios -a escasos metros de la cancha de Huracán- lleva su nombre desde entonces.
Construyendo poder con mucha astucia
Desde Barracas Central construyó su poder político en el fútbol, y de a poco fue ganando terreno en los pasillos de la AFA, junto al respeto de otros dirigentes del ascenso. Con mucha astucia, tras el papelón del 38 a 38 vio un espacio libre y empezó a tejer alianzas para llegar a la presidencia.
En aquella elección tristemente célebre le dio su apoyo a Segura, como líder de Ascenso Unido. Después del papelón del 3 de diciembre de 2015, el gobierno de Mauricio Macri ungió una comisión normalizadora que debía tender a devolverle la institucionalidad a la AFA. Mientras la gestión de Armando Pérez cometía muchos errores, Tapia empezó a construir el poder que lo iba a terminar impulsando a ser candidato.
El miércoles 29 de marzo de 2017, con 40 votos a favor y 3 en blanco, Claudio Tapia asumió como nuevo mandamás de la AFA. Se transformó en el primer presidente electo desde la muerte de Julio Humberto Grondona -gobernó desde 1979 hasta su muerte en 2014-, si se tiene en cuenta que Luis Segura fue su sucesor inmediato pero no pasó por el voto de la Asamblea.
Nacido el 22 de septiembre de 1967 en Concepción, San Juan, Tapia, es uno de tres hijos de un tintorero y una ama de casa, quienes a comienzos de los 70 llegaron a Buenos Aires y se instalaron en San Telmo, primero, y en Barracas, después.
A los once años se fue a probar a Barracas Central, donde debutó en Primera como delantero pero jugó poco, y después pasó a Dock Sud. Tiempo más tarde regresó al “camionero”. Tras ascender de la Primera D, se retiró. Pero su amor por la pelota -y por Boca- nunca dejó de crecer. Ahora, Barracas Central confirmó su permanencia en la Primera División, con Matías Tapia (hijo de Chiqui) como presidente.
