Es muy difícil determinar el origen de la fritura, pero se sabe que en Egipto, 2.500 AC, ya la practicaban. Es una técnica culinaria que se realiza con diferentes temperaturas, utensilios y materias primas, pero que actualmente es una de las favoritas en todos los hogares.
Las frituras de pescados son comunes en muchos de los países de la Cuenca del Mediterráneo, pero también en lugares tan diversos como Japón, Inglaterra y Perú.
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Pero si querés hacerlas en tu casa y te salgan impecables, te damos los siguientes tips:
- Elegir pescado fresco, de ser posible de textura firme.
- Si los filets son muy grandes, se pueden cortar en dados o en porciones más chicas.
- Desespinarlo.
- Secarlo bien, con papel absorbente, para quitarle la humedad, es fundamental.
- Para lograr un rebozado seco y crujiente no conviene pasarlo por huevo; una mezcla de harina de trigo y fécula de maíz, por mitades, es una buena combinación.
- Usar una sartén profunda.
- Emplear aceite de girasol o mezcla (algunos cocineros, en especial los españoles o italianos, recomiendan aceite de oliva, pero el resultado es un poco intenso, además de ser un producto caro).
- No escatimar el aceite; la fritura debe ser profunda a fin de que el producto absorba menos.
- Freír en pequeñas tandas.
- La sartén no debe humear, y se debe freír a fuego moderado, hasta que se dore.
- Una vez retirado el pescado, escurrirlo bien y apoyarlo en papel absorbente.
- Salpimentar al final.
