Hay algunos lugares gastronómicos del Gran Buenos Aires que son un verdadero imperdible, con propuestas que nunca fallan ni dejan insatisfechos a los comensales. Uno de estos casos es del icónico bodegón de la esquina de Morón, en Ernesto Grant y Tucumán.
Es un restaurante que no deja de sorprender por su variedad en el menú y, por sobre todas las cosas, porque es bueno, rico y barato. Pero, además, cuenta con un valor agregado que tal vez no sea de lo más común en este tipo de locales de comidas: en el contexto de un ambiente súper familiar, la cenas pueden estar acompañadas por shows musicales y de stand up.
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Abierto entre las 11.30 y la medianoche, la dirección exacta de este histórico bodegón es Intendente Ernesto Grant 501 y la consigna del lugar es ni más ni menos que “dejate tentar”. Y cuando hay shows programados, que generalmente tienen fecha los viernes y los sábados por la noche, la recomendación clave es comunicarse con el lugar y reservar, porque los eventos suelen ser a salón lleno.
Bueno, rico y barato: el bodegón en Morón con platos para compartir
Con un entorno tradicional, hecho con ladrillos a la vista, a simple vista El Bodegón de Morón parece uno de esos restaurantes de pueblo. Y el trato es tan sencillo y amigable como en esos lugares ruteros, que rescata la cordialidad y la amabilidad por sobre todo.
Entre sus platos más atractivos está, sin dudas, la suprema a la napolitana, que sale para compartir y en la que la cocina no le escatima muzzarella ni tomate, que le terminan de dar forma a un buen pedazo de carne empanado del tamaño de un plato rectangular de 20 centímetros por 30.
Pero además de las milanesas gigantes con papas fritas abundantes, las hamburguesas completas son también uno de los platos más pedidos en El Bodegón de Morón. Éstas suelen salir según el gusto del comensal, pero aun cuando están acompañadas por los dos panes, siempre están servidas al plato, debido a su tamaño.
La parrilla es otro de los puntos fuerte de este restaurante, en una opción que se combina con un precio increíble, ya que pedir en el menú “parrilla libre” (algo que se puede a ver de jueves a domingos) a cambio de 16 mil pesos, es uno de los gustos con los que más se tientan los clientes: hay tira de asado, mollejas, chinchulines, chorizo, morcilla, vacío y hasta trozos de choclo.
Además de las carnes rojas, los clientes tienen la posibilidad de ir a un menú más tranquilo, como ser un cuarto de pollo (pechuga o pata y muslo) acompañada con una guarnición de ensalada, puré o papas frías.
Como también se ofrecen como una de las especialidades de la casa las pastas, en especial los ñoquis, que pueden ser salsas a elección, destacándose como la más pedida la “boloñesa”.
Una entradita de fiambres o de empanadas de carne no pueden faltar en un bodegón de estas características, como tampoco postres típicos, como el flan con dulce de leche.
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Y si hay show, otro imperdible es la barra de tragos, en donde se puede disfrutar desde un simple aperitivo hasta tragos variados, como el clásico gin tonic con limón o el daikiri de frutilla o durazno.
Ir a El Bodegón de Morón no falla. Mezcla el sabor de la comida casera, la calidez atención y precios para que nadie se vaya sin ganas de volver. Y las formas de llegar pueden ser en auto (ya sea por Rivadavia o la Autopista del Oeste en la bajada de Vergara, como arterias principales). Pero también en transporte público, con las líneas de colectivo 166, 174 o 1. Y el Ferrocarril Sarmiento, estación Morón, que se encuentra a seis cuadras.
