Cada vez son más los casos de las personas que deciden abandonar la ciudad para radicarse en la inmensa cantidad de pueblos escondidos que tiene la extensa provincia de Buenos Aires. Este es el caso por ejemplo de Virginia y Sebastián, una pareja que sufrió los efectos de la pandemia y se quedó sin trabajo, por lo que decidieron hacer un cambio radical en sus vidas.
La pareja se mudó a Gándara, conocido como el “pueblo abandonado”, que supo tener una época de oro gracias a la icónica fábrica de lácteos ubicada en aquel lugar. Cuando esta cerró en los años 2000, pasaron varios años hasta que abrió esta pulpería de ruta para devolverle la vida al pueblo cercano a Chascomús.
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“Nos vinimos a vivir acá en Gándara en 2020, durante la pandemia. Yo nací en Chascomús y viví acá hasta la mitad de la escuela primaria. Después pasé toda mi vida adulta en Buenos Aires y en la pandemia nos quedamos sin laburo y nos vinimos para acá, a un terreno que me había dejado mi papá”, contó Virginia Costa.
“La Pulpe” abrió en 2023 y se puede visitar los días sábados y domingos, entre las 10 y 18 horas. Ubicada frente a la estación de tren, aproximadamente a 20 kilómetros de Chascomús, acumuló su fama gracias a las redes sociales, donde tiene casi 40 mil seguidores en Instagram, y todos los fines de semana recibe a cientos de turistas que pasan por la zona para probar sus platos y cafetería.

Sobre el origen de este emprendimiento, la mujer contó: “Vinimos a poner unas cabañas de eco turismo, a tratar de traer un poco a la gente a este paraje, que se mal llama “pueblo abandonado”, que es únicamente campo. Así que después de tres largos años decidimos abrir este emprendimiento que es una pequeña cafetería de ruta llamada Pulpería Gándara”.
La decisión no fue fácil, ya que se trata de un negocio arriesgado. Gándara no está ubicado sobre la ruta 2, camino a la costa Argentina y Mar del Plata, sino que hay que desviarse para llegar. “Era un poco osado, porque bueno, nosotros no estamos en ruta 2, sino que estamos en ruta Gándara. Tenes que meter 5 kilómetros por adentro en calle asfaltada y ahí te encontras con la pulpe”, explicó Virginia.

Entre sus platos más destacados se encuentra el sanguche de jamón crudo y la torta de ricota. Su café también es bastante popular. Aquí se puede desayunar, almorzar y merendar, por lo que cuenta con una carta variada y llena de opciones para lugareños y turistas que utilizan este paraje para distender las piernas y aprovechar de una buena experiencia gastronómica mientras viajan hacia otro destino.
Sebastián y Virginia primero comenzaron con su emprendimiento de cabañas, llamado Refugio El Vergel. Luego decidieron refaccionar el antiguo restaurante de la fábrica de Gándara, donde en el día a día almorzaban aproximadamente 300 operarios. Hoy en día le dio vida a este nuevo emprendimiento: una cafetería de ruta en el medio del campo.
La pulpería que le devolvió la vida a Gándara
Gándara procesaba hasta 600.000 litros de leche diarios, produciendo yogures, dulce de leche, manteca y helados, y empleaba a más de 500 personas. Introdujo innovaciones como el primer yogur descremado del país y el yogur de litro. Tras el fallecimiento de su dueño en 1989, la empresa fue vendida a la multinacional italiana Parmalat en 1998. Cinco años después, Parmalat quebró a nivel mundial debido a un fraude financiero masivo.
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El cierre de la fábrica tuvo un impacto devastador en el paraje Gándara, ubicado en el partido de Chascomús. La comunidad, que giraba en torno a la planta, sufrió un éxodo poblacional y la pérdida de su principal fuente de empleo. “Para mí fue volver a un lugar que a mí me había dado mucho amor, mi infancia. Y es tratar de devolverle a Gándara un poquito de lo que fue”, aseguró Virginia.
“Está bueno que empiecen a haber pequeños emprendimientos que le vayan devolviendo a Gándara su nombre, su importancia, y que no sea algo que se quede en el olvido”, concluyó la emprendedora, que aportó su granito de arena para que el paraje cercano a la Ruta 2 recupere su fama.