Entrar al Pasaje de los Carruajes del Teatro Colón y escuchar la ópera de El Cónsul, la obra maestra de Gian Carlo Menotti, es un deleite para los oídos. Pero, sumado a eso, lo acompañan los platos inspirados en la obra, pensados y preparados por el chef Gastón Storace que logran cautivar a los comensales desde el momento en el que se sientan a la mesa.
La experiencia gastronómica está guiada por la historia de un perseguido político y el drama que vive su esposa para tratar de conseguir en el consulado la visa para poder salir al extranjero. Con sabores de Europa del este y productos de primerísima calidad, los abonados -aunque no es excepción- pueden disfrutar de cuatro platos de lujo.
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Bajo la consigna de “Sueños de libertad”, el chef ofrece para comenzar un pan jalá con manteca de hongos. “Es una obra que trata de un tema muy lamentable, de la persecución y el tener que escaparse para sobrevivir, y de los caminos trenzados que eso provoca. El nombre tiene que ver con la libertad que esperaba los protagonistas de la obra”, explicó a TN el cocinero. El plato se acompaña con el “Trago de Nunca Jamás”, una mezcla de vino tinto y vodka, que combina a la perfección con el aroma y el sabor.
Para el segundo paso, se sirven crackers de semillas de chía, lino, quinoa, arroz y mandioca para mostrar los “Archivos” que protagonizan la ópera. “Este plato representan todos los papeles que hay que hacer en El Cónsul para obtener una visa y poder salir del país”, mencionó Storace, que completó el plato con hummus y salmón ahumado. Sobre esta preparación, Silvina Del Grande, gerente de Gastronomía y Eventos de Blue en el Teatro Colón, remarcó que “lo realmente impresionante es ver cómo ‘un papel’ de mandioca y arroz se transforman en unas galletas increíbles”.
La noche continúa con el “Calvario de Magda”, el momento donde se describe el enojo, desesperación, angustia y tristeza de una mujer que tiene que atravesar lo peor de la burocracia y el desinterés de un cónsul para poder conseguir la tan ansiada visa que la ayude a escapar a ella, su hijo y su mamá. Para homenajear este momento de la obra de Gian Carlo Menotti, el plato combina tradiciones de Europa del Este con su toque personal de la reducción de vino y fondo de carne para darle “más profundidad y resistencia” a la comida.
El final de la experiencia culinaria llega con el trágico desenlace de la obra. Un teléfono que suena y el llamado que la protagonista nunca llegó a responder. Para coronar el cuarto y último paso, Storace creó “Sin tiempo ni espacio”, un domo con tres tipos de chocolate distintos, bañado y con confitura de chocolate. “Si bien bastante trágico el final, con el nombre quisimos darle un poco de dulzura con el postre”, cerró el chef sobre su propia actuación.
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Más allá del desempeño estelar del equipo de cocina, los platos se acompañan con vinos y tragos elegidos por el sommelier del Pasaje de los Carruajes, Ezequiel Silingardi Celaya.
Cuándo se pueden probar los platos inspirados en El Cónsul
Tal como ocurrió con la presentación de Carmen -la célebre ópera de George Bizet aggiornada al sigo XX- cada noche que haya función -los próximos 11, 13 y 15 de agosto desde las 21, después de la función- en el Teatro Colón estará disponible el menú de cuatro pasos inspirado en El Cónsul.
Cabe mencionar que la degustación no sólo la pueden hacer los abonados al Teatro Colón sino también cualquier cliente que se acerque al Pasaje de los Carruajes. Asimismo, el salón está abierto de lunes a domingos de 8.30 a 24.