Canelones, milanesas y más comidas de la abuela se combinan con tragos de autor que son una delicia. Esta innovadora propuesta se da en un “bar de playa” en medio del corazón de Colegiales y trata de unir los platos clásicos de los bodegones de antes con la coctelería emergente.
Ostende, que lleva este nombre para apelar a la nostalgia de los miles de argentinos que visitaron estas playas y también para homenajear a los bodegones de la Costa Atlántica, reivindica una época a través de su ambientación, decoración y carta.
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Con las sillas de color verde que rememoran los años setenta y un tocadiscos de los sesenta hasta un cartel que imita la tipografía del juego Scrabble, los comensales se transportan al pasado, pero disfrutan de los tragos que son tendencia.
“Quisimos hacer un bodegón costero, con productos frescos y de temporada. Cocina honesta para compartir, bien tradicional”, contó a TN Juan Manuel Bidegain sobre cómo surgió la propuesta culinaria que tiene en su carta desde arroz con langostinos hasta tiramisú. Su montaje tardó seis meses y después de mucho trabajo, él y otros cinco socios inauguraron el restaurante que los lleva a “la Costa Atlántica y sus anécdotas de niños”.
La cocina está a cargo de Paz Lucero y su menú ofrece un recorrido por platos conocidos, muchas veces inspirados en recetas familiares -como los canelones de ricota, acelga y nuez moscada que preparaba su abuela-, y que, a su vez, presentan toques de autor. “Un plato estrella desde el día uno es el arroz crocante con langostinos, ¡riquísimo!”, recomendó, por su parte, Bidegain.
Más allá de la comida y una ambientación alucinante, su otro gran fuerte son los tragos que están preparados por Vir Calderón, una bartender que ya pasó por las barras de Cochinchina y Sede Whisky. ¿El coctel recomendado? Mito de Ostende, que lleva una mezcla de Campari, Rosso, espuma de eneldo y soda. Por su parte, Elías Aguilar es la persona a cargo de la selección de vinos, mediante la que buscó reivindicar las cepas italianas plantadas en Argentina por los inmigrantes, que, en su mayoría, fueron excluidas del mercado masivo.
Además de la propuesta gastronómica para almorzar y cenar, también incorporaron a la carta opciones para desayunar o merendar. También hay juegos de mesa para compartir con amigos, la familia o en una cita. “Tenemos muy buena cafetería y una idea de desayunos y meriendas más armada para sentarse y disfrutar. Huevos revueltos, un avocado toast que es una locura o tostados bien crocantes”, cerró Bidegain.
Colegiales, un circuito gastronómico que crece
Desde su inauguración, en junio del 2023, a esta parte, Ostende se convirtió en un punto de encuentro para vecinos y turistas que deciden sentarse a comer por el barrio. Es que, en los últimos años, la zona acunó bares, restaurantes y cafeterías de autor para impulsarse como un nuevo polo gastronómico.
“Es un barrio que nos gusta mucho, tiene paz e intimidad, bien típica de barrio residencial. ¡Es un oasis!”, coinciden los dueños del restaurante ubicado en Virrey Loreto al 3303.
