No es una ciencia pero tiene su magia. Para conseguir el punto exacto para cocinar huevos duros solo hay que seguir unos consejos y se conseguirá el punto de cocción que se busca.
Esta técnica sirve ya sea si se hacen en una cazuelita con agua, se cocine al vapor o usando el microondas. La clave para cocer un huevo es el tiempo de cocción, y ahí es donde más suele fallar la gente.
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Para empezar, hay algunos trucos que hay que seguir siempre: no ponerlos en el agua hirviendo directo desde la heladera (se van a romper), evitar ponerlos desde agua fría porque no se sabe exacto desde que momento empiezan a cocinarse y usar abundante agua que tape al menos la altura del huevo.
Un tip poco conocido es agregar un poco de vinagre para ayudar a que la clara no se disperse si llega a romperse la cáscara y una vez suelte el hervor sólo hay que decidir cómo cocinarlos.
La regla 3-6-9 para cocinar huevos
Huevo pasado en agua, mollet y duro son de las tres clásicas opciones para prepararlo y disfrutar en el desayuno o a la hora que quieras. Lo bueno del huevo es que no tiene una hora específica del día para ser consumido.
Los 3 tipos de cocción son:
Huevo pasado por agua: 3 minutos. Coloca los huevos con cuidado y desde punto de hervor contar tres minutos. Retirar del agua y con un cuchillo retirar la parte superior de la cáscara. Ideal acompañarlo con pan de masa madre, sal, pimienta y un poco de aceite de oliva.
Para abrir este tipo de huevos como un profesional se puede utilizar el utensillo alemán de nombre imposible: Eierschalensollbruchstellenverursacher. Demasiado título para ser simplemente un rompe huevos.
Mollet: 6 minutos. El procedimiento es el mismo, pero la espera es de al menos 6 minutos para el huevo mollet, que tendrá una clara medianamente firme, suave; y la yema, algo líquida y tersa.
Huevo duro clásico: 9 minutos. Es el más clásico y que usan todas las familias para evitar cualquier duda. La clara y la yema quedarán mucho más firmes. En los dos casos colocar los huevos en un tazón con agua fría, para cortar la cocción antes de servirlos.
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¿Cómo reducir la probabilidad de salmonella?
La clave para prevenir la salmonella comienza antes de cocinar. Los huevos deben guardarse en la heladera, manteniéndose siempre a una temperatura menor a 4 °C. Este punto es el más importante.
Y a la hora de elegir qué huevo vamos a cocinar, hay que descartar los que tengan rajaduras o golpes y los que estén notoriamente sucios.
Si aún tenemos dudas y para descartar todo tipo de posibilidad de entrar en contacto con la salmonella, la manera infalible es cocinar los huevos hasta que la yema y la clara estén firmes. Usando la regla 3-6-9 sería el punto 9 e incluso un par de minutos más.