La carne vacuna registró un aumento de 8,2% durante noviembre y lleva un alza acumulada de 72,8% interanual, una cifra muy superior a la inflación general del 31,4% registrada en el último año, según analizó el último informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
A su vez, la semana pasada, el INDEC informó que la inflación minorista de noviembre fue de 2,5%, el registro más alto de los últimos seis meses.
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La división con mayor incidencia en la variación mensual fue “alimentos”, impulsada fundamentalmente por el incremento en el precio de la carne, cuyos cortes relevados mostraron subas que, en algunos casos, resultaron hasta cuatro veces superiores al nivel general.
Según analizaron desde la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (CICCRA), matarifes y comercios absorbieron buena parte del aumento de la hacienda, pero la carne va a volver a subir.
“El aumento que se produjo de la hacienda en noviembre se trasladó al mostrador de manera importante. Si bien el incremento de la hacienda fue de un 21% en las últimas 3 semanas de noviembre, al mostrador se trasladó solo un 7%, según los números del INDEC. El otro 14% lo absorbió la cadena, desde el matarife hasta el carnicero, porque todos están temiendo vender menos”, aseveró el presidente de la entidad, Miguel Schiariti.
Al respecto, precisó que cada vez hay más novillos encerrados, y el aguinaldo, que no le llega a todos, pero sí a gran parte de la población, va a hacer que el consumo sea más importante durante este mes.
A su vez, agregó: “Los argentinos seguimos siendo los mayores consumidores de carne vacuna del mundo. Cuando se habla de que cae el consumo de carne, también hay que hablar que sucede lo mismo con otras carnes. Aunque en este caso no es cierto, porque en los últimos meses aumentó casi un 5%”.

No obstante, a diferencia de lo observado en la carne vacuna, tanto la carne de pollo como la de cerdo registraron aumentos más alineados con la inflación general, en torno a 32% y 33% interanual, respectivamente, según señaló un informe del mercado ganadero de Rosario (Rosgan).
Por eso, no resulta posible asociar de forma directa la suba del precio de la carne vacuna a un impulso del consumo doméstico, según planteó el reporte.
“Si bien el poder adquisitivo del consumidor local muestra una leve recomposición, los datos del RIPTE a octubre indican un aumento interanual del 39 %, frente a un IPC del 33,6%, dicha mejora no alcanza para explicar la magnitud del incremento registrado en el precio de la carne vacuna en relación con el resto de los bienes y servicios demandados por el consumidor”, indicó el informe de la entidad rosarina.
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“Evidentemente, detrás de la suba en el precio de la carne existen factores de oferta que están traccionando con mayor intensidad, en términos relativos, que la demanda local. En ese sentido, el aumento en el precio de la hacienda en pie, que comenzó a registrarse a mediados de octubre, es el principal factor que está presionando al alza los valores en los mostradores, aunque sin un traslado pleno debido a la necesidad de los eslabones intermedios de sostener el nivel de actividad”, indicó.
A la fecha del relevamiento de precios, a mediados de noviembre, la brecha respecto de la hacienda en pie, e incluso frente a la carne mayorista, mostraba un rezago de entre 10% y 15%.
En tanto, durante el último mes, tomando como referencia los valores promedio registrados la semana pasada, el precio del novillito liviano en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) avanzó otro 10%, al pasar de $4000 a $4400 por kilo vivo, mientras la referencia para esta misma categoría en gancho registró un incremento de 7,5%, según datos del CCDH (Centro de Consignatarios Directos de Hacienda), al subir de $7000 a un promedio de $7525 por kilo.
Escasez de hacienda
Ahora bien, detrás de esta suba en el precio de la hacienda existen factores estructurales de escasez de animales, a los que se suman ciertos cambios en la dinámica productiva que también impactan, de manera transitoria, sobre el nivel de oferta disponible.
Entre los factores estructurales, el principal es sin duda el precio del ternero que, si bien suele reflejar una menor disponibilidad estacional para esta época del año, actualmente presenta una oferta anual limitada frente a una demanda sostenida. Esto ha llevado a que sus valores se ubiquen en niveles históricos.
La última referencia del Ternero Rosgan de diciembre superó los $5700 por kilo, lo que representa un aumento de 86% respecto a diciembre del año pasado y que, medido en moneda constante, supera en 68% el promedio de los últimos diez años.

A esta situación se suman las buenas condiciones forrajeras vigentes durante la presente primavera, con la excepción de las zonas anegadas, las cuales permiten sostener una mayor retención de hacienda liviana en los campos, incentivando aún más la suba de los valores de la invernada.
En efecto, esta retención de hacienda liviana no se limita al ternero. Si se analizan los Documentos de Tránsito electrónico (DTe) informados por el SENASA, el movimiento de novillitos registrado en los últimos tres meses, de septiembre a noviembre, muestra un comportamiento relevante.
Habitualmente, durante este trimestre del año se observa una mayor oferta de hacienda liviana terminada con destino a faena, en general asociada al inicio del vaciado de los corrales de engorde.
Sin embargo, tal como se anticipó semanas atrás, en 2025 se verifica un patrón diferente: mientras los traslados de novillitos con destino a plantas de faena disminuyeron 6,8% interanual, los movimientos con destino a invernada aumentaron 9,4% respecto de 2024.
Esta mayor retención de machos con destino a invernada constituye una señal contundente del alargamiento de los ciclos productivos, orientados a la obtención de animales más pesados, una mercadería cada vez más buscada por la exportación.
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De consolidarse este comportamiento, la oferta de hacienda liviana con destino al mercado doméstico podría ver temporalmente alterado su patrón de oferta habitual, generando un faltante relativo para esta época del año que, por definición, también incide sobre la dinámica de los precios.
En ese sentido, más allá de la tensión estructural existente entre la disponibilidad de hacienda, afectada por la retracción del stock ganadero registrada en los últimos años y la sólida demanda internacional que exhibe el mercado de carnes, podría estarse configurando un cambio transitorio en la estacionalidad de la oferta de animales para faena.
“Esto se reflejaría en subas en el precio de la hacienda que estarían anticipando parte del movimiento habitual que suele observarse hacia el segundo bimestre del año”, plantearon.
“El punto central consiste en evaluar si los eslabones intermedios podrán seguir amortiguando los aumentos en el precio de la hacienda, evitando un traslado prematuro al consumidor que afecte negativamente el ritmo de ventas en un momento sumamente sensible para sector comercial”, concluyó el informe.



