La campaña frutícola 2025 en el Valle de Río Negro y Neuquén será recordada como una de las más exitosas de la última década.
Según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y de la Secretaría de Fruticultura de Río Negro (SEFRN), la cosecha teórica de peras y manzanas superó el millón ciento ochenta mil toneladas, lo que representa un crecimiento del 9% respecto de 2024 y del 7% frente al promedio del quinquenio 2020-2024.
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Este resultado refuerza la posición del Alto Valle como motor central de la producción de pomáceas en Argentina.
En esta temporada, las peras se consolidaron como protagonistas indiscutidas, con 661.200 toneladas que representan el 56% del total. Del volumen cosechado, casi 300 mil toneladas se destinaron a la exportación, con Europa, Estados Unidos y Brasil como principales destinos, mientras que más de 210 mil toneladas ingresaron a la industria.
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El resto se repartió entre stock en cámaras frigoríficas y consumo interno. La solidez de la industria permitió absorber fruta que no cumplía estándares para la venta en fresco, garantizando que el volumen récord se traduzca en oportunidades comerciales.

Fruta fresca y la industria marcan la diferencia
La manzana, por su parte, mostró un repunte del 15% respecto a 2024, alcanzando 526.100 toneladas, aunque aún se mantiene por debajo de los registros más altos de la última década. De esa producción, más de 187 mil toneladas se destinaron a la industria, 160 mil al consumo interno, y 68 mil a la exportación.
Especialistas destacaron que el desafío de la manzana sigue siendo reposicionarse en el mercado fresco frente a otras frutas de estación, mientras que la industria asegura una salida regular aunque con retornos más limitados.
El buen desempeño de la campaña se atribuye a un conjunto de factores favorables. Las condiciones climáticas jugaron a favor, con mínima incidencia de heladas tardías y granizo, mientras que los avances en sistemas de riego, poda y protección de cultivos mejoraron los rendimientos y la calidad.
A esto se sumó la demanda externa sostenida de peras y la estabilidad en los precios del consumo interno de manzanas, que fortalecieron la proyección de mercado.
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A pesar de los números alentadores, productores y especialistas advirtieron que el principal desafío está en transformar los volúmenes récord en rentabilidad real. Mantener la calidad, diversificar mercados y optimizar la cadena industrial serán claves para que el impulso de 2025 se traduzca en beneficios duraderos.

Con peras y manzanas que combinan tradición y tecnología, la campaña 2025 consolida al Alto Valle de Río Negro y Neuquén como el corazón frutícola del país, marcando un hito que proyecta la fruticultura argentina hacia un futuro prometedor.