La región núcleo amaneció en el inicio de la semana con heladas generalizadas que marcaron mínimas de hasta -4,6°C en Hernando, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En Bengolea y Colonia Almada también se sintió el rigor del frío, con registros por debajo de los -2°C, un fenómeno que resultó clave para el progreso agrícola en la zona.
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“Es una muy buena noticia y llega en un momento muy oportuno”, remarcó Cristian Russo, jefe de estimaciones agrícolas de la BCR.
Con tres eventos de heladas previstos para la semana y un fuerte viento del sudoeste, los suelos comenzarán a secarse tras varias semanas de humedad excesiva y lloviznas que frenaban la actividad.

El cambio en las condiciones climáticas resulta clave para la siembra de trigo
“Veníamos con un descuento de 50.000 hectáreas por los excesos hídricos y mucha incertidumbre sobre lotes que pensábamos que quedarían fuera por el barro”, explicó Russo. Las heladas, junto con el viento frío, dan ahora la oportunidad de sembrar esos lotes a último momento, antes de que cierre la ventana para los ciclos largos.
En paralelo, la Guía Estratégica del Agro (GEA/BCR) destacó que este clima también será clave para finalizar la cosecha de soja en zonas del noreste bonaerense, donde todavía quedaban campos sin levantar. “Se abre una ventana para completar los lotes pendientes y cerrar una campaña que se hizo difícil en la región”, destacaron desde la entidad.
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Además del impacto positivo en los suelos, los especialistas subrayaron los beneficios que las heladas traen para el manejo de plagas y malezas. “La baja temperatura es clave para controlar los maíces guachos que habían escapado en los campos y ya superaban el metro y medio”, explicaron desde la BCR. Estos rebrotes, que suelen servir de refugio a la “chicharrita”, ahora se ven afectados por el frío extremo, limitando su expansión.

Esta reducción del nivel poblacional es una muy buena señal para los productores que planifican sembrar maíz en fechas tardías. La limpieza que produce la helada, eliminando malezas y hospedantes indeseados, mejora las condiciones sanitarias del lote y contribuye a que el cultivo entre en un ciclo más seguro y competitivo en primavera.
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En definitiva, el episodio frío que atraviesa la región núcleo representa una oportunidad clave para el agro. Además de permitir que se sequen los suelos para la siembra de trigo y que se cierren las tareas de cosecha en los lotes sojeros más demorados, el descenso abrupto de temperatura funciona como una herramienta natural para reducir la presión de plagas y malezas, aportando un respiro que los productores esperaban hace tiempo.