Al analizar el estado de situación de la campaña de trigo 2024/25 en Argentina, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) evaluó que la oferta del cereal de invierno será suficiente pese a las complicaciones climáticas que se presentan de cara a la cosecha.
“La falta de lluvias amenaza las proyecciones productivas para el trigo nuevo, pero en contraposición de las complicaciones a la cosecha, las abultadas toneladas que pasarían como stocks iniciales para la nueva levantan el nivel de oferta”, pormenorizó el informe elaborado por Matías Contardi y Bruno Ferrari.
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Con gran parte del trigo en etapa de definición de rindes, la campaña nueva 2024/25 está siendo víctima de las faltas de lluvias y el déficit hídrico que se fue gestando desde julio de este mismo año.
Como consecuencia del estrés hídrico que preocupa, las proyecciones de GEA-BCR para la cosecha nueva de trigo se recortaron en 1 millón de toneladas, hasta las 19,5 millones a nivel nacional.
Sin embargo, y a pesar de la incertidumbre productiva actual, el nivel de oferta total para el nuevo ciclo no parece verse comprometido en la misma intensidad. “Hay que tener en cuenta que, dada la coyuntura comercial por trigo 2023/24, las toneladas que pasarían para el nuevo ciclo superarían las 4 millones de toneladas, fruto de limitaciones en la actividad comercial doméstica y externa”.
A dos meses de finalizar la campaña, resta que se vendan 5,4 millones de toneladas del trigo disponible y gran parte de la mercadería se encuentra aún sin precio, manteniendo una elevada proporción del cereal con exposición al riesgo de las fluctuaciones del mercado.
Reflejo de la reserva comercial de esta campaña 2023/24, es el hecho de que al mes de octubre se encuentren 3,8 millones de toneladas almacenadas entre plantas de acopio, plantas industriales y elevadores terminales de granos. “Es el valor más elevado para el mes en ocho años y únicamente en 5 de los últimos 74 años encontraríamos guarismos mayores a los actuales”.
En un escenario neutral, manteniendo las estimaciones actuales de carry de mercadería para la nueva campaña y tomando a cuenta las nuevas proyecciones productivas de la 2024/25, el nivel de oferta total alcanzaría 23,7 millones de toneladas de trigo. “Este contexto coloca a la campaña nueva como la de segunda mayor oferta luego de la excelente cosecha de la 2021/22″.
Ahora, las probabilidades de contar con una cosecha aún más escasa para el nuevo ciclo no son bajas. Inclusive, organismos como el International Grains Council esperan que en Argentina se levanten 18,4 millones de toneladas de trigo para la 2024/25.
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Sin embargo, para tomar dimensión del impacto de los elevados stocks que pasarían para la nueva campaña y partiendo de las proyecciones productivas actuales de GEA-BCR, las pérdidas entre las expectativas de octubre y la cosecha final deberían incrementarse en 2 millones de toneladas más para alcanzar el nivel de oferta de la campaña 2019/20 y 3,8 millones de toneladas para llegar a un nivel de oferta promedio.
“Contextualizando, solo en 3 de los últimos 10 años la proyección de octubre se encontró por encima de la cosecha final, y el año donde más diferencia existió fue el de la histórica sequía del 2022 habiendo una discrepancia de 2,2 millones de toneladas entre lo esperado durante octubre y lo finalmente cosechado”, pormenorizó el informe.
Pasando en limpio, aún en un escenario muy pesimista, el mercado local por trigo se encontraría relativamente bien suministrado para el nuevo ciclo.
“Contando con el hecho que el consumo interno del cereal se mantiene en un rango promedio de 6 millones de toneladas sin muchas desviaciones, la clave para el desarrollo comercial será la demanda externa por trigo”, indicó la bolsa rosarina.
La dinámica del comercio exterior
La demanda externa fue, justamente, la variable de ajuste para llegar al punto actual en la comercialización por trigo 2023/24. En este sentido, el sector exportador originó en el mercado interno solamente 8,3 millones de toneladas, cuando normalmente las compras ascienden a más de 14 millones de trigo a esta altura de la campaña.
Siguiendo esta línea, durante el mes de septiembre, donde estacionalmente los embarques por trigo no suelen ser demasiados holgados, se enviaron al exterior 181.014 toneladas del cereal según informa la agencia marítima NABSA.
“Lo que nos deja, en el acumulado desde diciembre del 2023, embarques por 7,9 millones de toneladas en lo que va de la campaña. Esto es, más del doble de lo exportado durante el ciclo pasado, pero muy detrás del promedio del último tiempo”, indicó la entidad santafesina.
Yendo aún más allá, el nivel de embarques actuales se encuentra más cerca del promedio entre las campañas 2009/10 a 2015/16 que de las últimas 6, sin contar la pasada. “Esto, teniendo en cuenta que la primera parte de aquel período estuvo atravesado por constantes regulaciones a las ventas externas por el cereal, entre cupos de exportación y prohibiciones esporádicas a las exportaciones de trigo”.
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“Este menor dinamismo exportador se ha traducido en una menor demanda sobre el mercado local por trigo, afectando las cotizaciones y explicando solo en parte las abultadas toneladas que pasarían para la nueva campaña”, analizó el reporte.
En materia de competitividad en precios, el FOB argentino por trigo se mantuvo durante gran parte del año como uno de los más caros a nivel mundial, lo que limitó su llegada a mercados exóticos para el cereal local.
Sin embargo, dada la dinámica de las cotizaciones internacionales que empujaron los precios del trigo sobre todo el mundo, sumado al paulatino empalme de las cotizaciones FOB argentinas hacia la nueva cosecha, les han dado más competitividad a las condiciones de exportación locales de caras al nuevo ciclo, aumentando las esperanzas para mejorar la performance exportadora durante el nuevo año.
Más aún, de contemplar las condiciones FOB que actualmente se barajan para embarques a diciembre, el “trigo argentino nuevo” se posiciona como una opción atractiva para el mercado asiático, principalmente sobre Indonesia.
“Por diciembre, la condición FOB argentina se negocia en torno a US$235 por tonelada, mientras que el FOB australiano para diciembre marca precios en torno a los US$280. El país oceánico habitualmente juega el rol de principal abastecedor del mercado del sudeste asiático, pero el trigo argentino mantiene amplias relaciones comerciales que se potencian cuando la diferencia en precios se vuelve más significativa”, describió el informe.
En este sentido, teniendo en cuenta el costo de flete representativo desde Argentina hacia Indonesia, y lo propio desde Australia, el C&F argentino se encontraría US$30 por tonelada por detrás del australiano.
Este contexto, finalizó la BCR, podría “orientarnos al grado de competitividad con el que se posiciona Argentina en el mercado internacional de trigo para la próxima campaña”.