Los molinos productores de harina de trigo del país se congregaron en Rosario y, junto a autoridades nacionales y de diversas provincias, acordaron una hoja de ruta de trabajo para reducir la capacidad ociosa, procesar más y exportar con valor agregado cerca del 50% de la producción nacional del cereal.
Pusieron en consideración que “la Argentina produce tres veces más trigo del que se muele. De las habituales 18 millones de toneladas que se cosechan, solo se procesan 6 millones de toneladas; y de ese trigo procesado se exporta menos del 10%”, puntualizaron.
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“En estos números vemos una gran oportunidad: Argentina tiene capacidad instalada de molienda que hoy se encuentra ociosa y que permitiría procesar adicionalmente unas 4 millones de toneladas, agregándole valor al producto. Esto quiere decir que, con las instalaciones actuales podríamos exportar cerca del 50% de la producción total”, advirtió Oscar Marino, director ejecutivo de Molinos Pyme, que representa al 60% de las pymes molineras del país, radicados en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
Estas 4 provincias concentran a la mayoría de los molinos harineros, porque en esas jurisdicciones se ubica la mayor producción de trigo, y por ese motivo convocaron a los funcionarios agroindustriales de esas jurisdicciones, con la consigna Industria y Gobierno por una producción sostenible.
En nuestro país los productos farináceos son el principal alimento. Durante el año 2023 se alcanzó un consumo de 94 kilos por persona, lo que equivale a unos 125 kg de trigo, lo cual sitúa a la población argentina entre las mayores consumidoras de harina de trigo a nivel mundial.
La molinería expresó ante las autoridades que este potencial de aumento en la capacidad de molienda y valor agregado representa una significativa oportunidad de crecimiento para el sector agrícola argentino y para el desarrollo federal del país.
El ministro de Desarrollo Agrario de Buenos Aires, Javier Rodriguez, manifestó: “Más del 50% de la producción de trigo se hace en la provincia de Buenos Aires. El desafío es producir trigo de mejor calidad, por eso creamos un mapa de la calidad del trigo de la provincia. Para esto, empezamos a invertir e hicimos un acuerdo con el INTA. Creemos que el sustento de la competitividad a futuro es la innovación y desarrollo científico tecnológico. Para las pymes, creo que hay que trabajar en la diferenciación de los productos”.
“Necesitamos que este gobierno tenga gobernabilidad más allá de las diferencias. Es muy importante a pesar de tener pensamientos distintos llegar a trabajar en conjunto. Nosotros desde Córdoba queremos siempre apoyar a las pymes del país”, agregó el ministro de Bioagroindustria de Córdoba, Sergio Busso.
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Por su parte, el ministro de Desarrollo Económico de Entre Ríos, Guillermo Bernaudo, expuso: “Para que haya competitividad tenemos que tener alícuotas más bajas y menos informalidad. Cuanto menos procesamiento tienen los productos hay más informalidad. Tenemos que reducir la informalidad y trabajar con las provincias en un nuevo pacto fiscal”.
El secretario de Agricultura y Recursos Naturales de Córdoba, Marcos Blanda, expresó: “Es clave conocernos y entendernos para tomar mejores decisiones en una macroeconomía que necesita reglas claras. El mejor resultado se da con transparencia, normativas y trabajo conjunto generando estos espacios”.
El secretario de Agricultura y Ganadería de Santa Fe, Ignacio Mántaras, advirtió: “Entendemos que estamos en una nueva etapa, y esta nueva etapa nos interpela a todos. Esta etapa implica acordar en un escenario federal. La competitividad de la molinería implica trabajar sobre la capacidad ociosa”.