“Cuando empiezan a romper no paran más”. Así describió el ingeniero agrónomo Fernando Meoli a los ataques de los jabalíes contra los silobolsas de granos. Y alertó sobre la particular situación que padecen productores del sudoeste bonaerense, que se ha repetido en el último tiempo.
Meoli mostró las imágenes de un silobolsa con trigo, roto presuntamente por los jabalíes. El hecho ocurrió en la estación Las Mostazas, partido de Coronel Pringles, en un campo que administra Meoli. El trigo había sido cosechado a principios de diciembre pasado y a fines del mismo mes el silobolsa estaba destruido.
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La situación obligará a hacer un gasto extra tras la cosecha. “Menos de 30 días desde la cosecha y ya debemos sacar el trigo, producto de las roturas ocasionadas por el animal”, lamentó Meoli, en una publicación por redes sociales que se viralizó entre los productores de la zona.
Tras el posteo, productores que habían pasado la misma situación se solidarizaron con él y comenzaron a revelar de qué forma controlan a este animal, que comenzó a afectar los campos agrícolas en los últimos años.
Control y daños por cifras millonarias
En la Argentina, el impacto económico de las Especies Exóticas Invasoras (EEI) son preocupantes.
Entre daños, reducciones para la producción y costos de control el impacto económico de los jabalíes en la Argentina va desde US$907.023.190 a US$1.380.488.228, según un proyecto sobre diversas especies invasoras que afectan a la producción elaborado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
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Las EEI son animales, plantas y microorganismos que fueron transportados fuera de sus límites naturales, que una vez instalados en un nuevo territorio se expanden y se vuelven dominantes. Condicionan el ecosistema, con consecuencias negativas: sanitarias, culturales y económicas.
En la Argentina eso sucede de norte a sur: con el ligustro en Jujuy, que empobrece la selva y quita recursos a los pueblos originarios, hasta el castor en Tierra del Fuego.
Por el modo de ataque, los jabalíes son más dañinos que los peludos
“En el sudoeste, el jabalí complica el almacenamiento de granos”, dijo Meoli. Y explicó: “En este caso perdimos 1.000 kilos de trigo pero la pérdida más grande es que tuvimos que sacar el trigo del campo. La idea era almacenarlo hasta abril, no teníamos compromiso de venta ni cuentas que pagar. No había necesidad, pero por este inconveniente lo entregamos”.
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Sobre el modus operandi, el administrador describió que “los jabalíes se mueven cómodos: tienen comida, agua y nadie los molesta. Una vez que atacan, no hay vuelta atrás.
Comparó que “a diferencia del peludo, que rompe abajo del silobolsa y provoca pérdidas de pocos kilos, el jabalí es un animal más grande y rompe a media altura del silobolsa. Entonces, por gravedad, el silobolsa se vacía”.
Cuándo, quién y para qué trajo los jabalíes a la Argentina
El jabalí es una especie originaria del Norte de África, se diseminó por toda Europa y Asia y fue introducida en 1905 en la Argentina por Pedro Luro, que la trajo de Francia a su propiedad en la provincia de La Pampa, para la caza.
La proliferación de este animal llevó a que años después se generara la fuga de ejemplares. Eso posibilitó la reproducción masiva que los convirtió en animales silvestres que luego, con el apareamiento con cerdos domésticos, se volvieron cimarrones.
Riesgos sanitarios y amenaza a la biodiversidad
De acuerdo con la información oficial del Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (SENASA) los jabalíes y cerdos cimarrones son animales que pueden ser importantes en la introducción y dispersión de peste porcina africana y peste porcina clásica, dos enfermedades graves. También es portadora de enfermedades como la brucelosis porcina y la tuberculosis o la triquinosis.
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Debido a los efectos negativos que produce sobre los ecosistemas naturales, los científicos consideran a la especie como una amenaza para la biodiversidad.
Jabalíes y cerdos cimarrones también son susceptibles a fiebre aftosa, por ejemplo. Además, son considerados una de las especies exóticas invasoras que más impacto negativo genera.