Lima es un pequeño pueblo bonaerense, a solo una hora de la Ciudad de Buenos Aires, ideal para quienes prefieren descubrir lugares tranquilos, llenos de historias y lejos de los circuitos turísticos más concurridos.
Ubicada a 100 kilómetros de CABA, cerca del límite con Entre Ríos y a pocos minutos de la Ruta Nacional 9, esta localidad combina naturaleza, patrimonio y buena gastronomía.
Leé también: Escapada ideal: dónde encontrar un recorrido único por las aldeas alemanas, entre playas y cascadas

Bañada por las aguas del río Paraná y marcada por su pasado vinculado a la energía nuclear, Lima sorprende con pequeñas playas de arena dorada, una antigua estación de tren de gran valor arquitectónico y una variada oferta gastronómica. Un rincón escondido que bien puede convertirse en tu próxima escapada.
Un poco de su historia
Lima dejó una huella imborrable en la historia energética del país: en sus tierras se alzan las centrales nucleares Atucha I y II, emblemas de la energía atómica en Argentina. Aun así, el lugar conserva la calma y el espíritu de pueblo chico, rodeado de verde y con un ritmo sereno que invita a bajar un cambio.
Fundada en 1885 a partir del desarrollo ferroviario, Lima pertenece al partido de Zárate y debe su nombre a Justa Lima de Atucha, una figura destacada del siglo XIX. A orillas del Paraná, combina historia y naturaleza, consolidándose como un destino cada vez más elegido por quienes buscan escapadas cortas.
Qué hacer en Lima
La costa del río Paraná invita a recorrer sus rincones a pie o en bicicleta, explorando espacios que mezclan historia y belleza natural. Es también un lugar ideal para la pesca, ya sea desde la orilla, en el muelle o en el tradicional Club de Pesca, fundado en 1958, que ofrece instalaciones para pasar el día en familia o con amigos. Los atardeceres desde allí son un espectáculo obligado.

La oferta gastronómica es otro de los atractivos del pueblo: parrillas familiares y restaurantes tradicionales sirven asado, empanadas y buenos vinos en un entorno relajado.
En el centro, la plaza Mitre funciona como punto de encuentro social y escenario de actividades culturales. Frente a ella se levanta la Parroquia San Isidro Labrador, un templo de estilo neocolonial que refleja la identidad y la herencia histórica de la región.