Ir de vacaciones a Mar del Plata desde la Ciudad de Buenos Aires, impone un camino directo: la Autovía 2. Sin embargo, si el destino es el Partido de la Costa, hay otro camino, por una ruta que no tiene peaje y suele conocerse como “a la Costa por Pipinas”.
Esa ruta es la 36 y Pipinas es un pueblo que está cerca de CABA, a poco más de 150 kilómetros del Obelisco. Un lugar lleno de cultura, buena comida y todo en el marco de un ambiente relajado, ideal para desintoxicarse de la ciudad.
Son tantos los buenos comentarios sobre este pequeño pueblo rural que pertenece al partido bonaerense de Punta Indio, que la inteligencia artificial lo recomienda como un lugar saludable para pasar el día o un fin de semana libre del estrés que ocasiona vivir en la gran ciudad.
Leé también: Ni Tandil ni Mercedes: escapada al pueblo cerca de Buenos Aires que dice tener los mejores fiambres
Con menos de mil habitantes, Pipinas no solo es un lugar de paso para los que toman la ruta 36 (yendo o volviendo de la Costa) sino que se transformó en un espacio para visitar y disfrutar de paz que transmite, de sus enormes espacios verdes y de su punto gastronómico más fuerte: la carne a la parrilla.
Consejo de la inteligencia artificial: Pipinas, mucha paz y la mejor carne
Con unas 30 manzanas a la redonda, Pipinas recibe a sus visitantes con un par de normas típicamente de campo: amabilidad en el trato y buena comida. Enseguida sobresalen a la vista los puestos de ventas de quesos, dulces y diferentes embutidos, para que el turista que está de paso puede abastecerse en lo que le resta de viaje.
Los que llegan para pasar el día o el fin de semana, como tienen más tiempo, además de aprovechar las delicias artesanales, tienen las opciones de los bodegones en donde van a comer rico, abundante y sin pagar precios que los descoloquen.
Con parrillas que se calientan y cocinan a leña, los diferentes cortes de carne que por allí pasan garantizan un sabor único. Pero no solo por su cocción y su aroma a madera (ni mejor ni peor que el carbón, aunque sí claramente distinto) sino por la calidad de la materia prima: Pipinas puede presumir de tener mercadería de primerísima calidad.
Promediando diciembre, Pipinas vive una de sus celebraciones más tradicionales, en las que además de comer se lucen diversas actividades culturales de la zona: la Fiesta del Cordero.
En este evento comunitario, no solo se luce la parrilla sino también otros tipos de formas de cocinar cordero, pudiendo los visitantes apreciar de forma integral la cocina de Pipinas y disfrutando de una fiesta realmente popular, porque la gente del lugar y también de pueblos de los alrededores, se juntan en las calles para participar de eventos culturales, que incluyen música, bailes y desfiles.
Otro punto clave de este pueblo bonaerense que los turistas aprecian es el “Museo Abierto Pipinas” que tiene la particularidad de no funcionar en un lugar determinado, sino que, al ser de organización comunitaria, las presentaciones artísticas se pueden ver a lo largo y ancho del pueblo.
Leé también: El pueblo cerca de Buenos Aires que tiene dos lagunas, ideal para ir en Semana Santa
Así, la propia gente de Pipinas es la que se encarga de mostrarle al visitante la historia del lugar y su idiosincrasia. Durante muchos años, el motor del lugar fue una cementera que cerró en la década del 90 del siglo pasado. Y a partir del año 2000, fue la misma población la que se hizo cargo de resaltar su patrimonio social y cultural recuperando, entre otras cosas, el antiguo hotel en el que paraban los empleados de la cementera.
Cómo llegar a Pipinas desde CABA:
- En auto: tomar la autopista Buenos Aires – La Plata camino a la ruta 2. Antes de ingresar a la autovía se encuentra el desvío a la Ruta Provincial 36: seguir por esa ruta hasta el kilómetro 53.
- En transporte público: tren o micro hasta la estación de la ciudad de La Plata y desde ahí un Bus Expreso La Plata hasta la localidad de Pipinas.
