Chapadmalal, ubicada a pocos kilómetros al sur de Mar del Plata, se ha transformado en los últimos años en uno de los destinos turísticos emergentes más atractivos de la costa atlántica argentina. Conocida históricamente por sus unidades turísticas del gobierno, este pequeño paraíso costero ha evolucionado hacia un lugar que combina naturaleza, surf, una creciente oferta gastronómica y nuevos paradores que atraen a los jóvenes por sus fiestas.
Uno de los factores clave en este ascenso ha sido el auge del surf y otros deportes acuáticos. Chapadmalal ofrece olas ideales para principiantes y expertos, lo que atrajo a una comunidad creciente de surfistas. Este movimiento impulsó la apertura de escuelas de surf, hostels y pequeños emprendimientos que brindan experiencias personalizadas.
La escena gastronómica y la oferta de afters también ha jugado un papel fundamental en la revitalización de “Chapa”. Uno de los ejemplos es el Club de Playa “Casa Pampa. El Calamar Loco”, uno de los spots más elegidos por el público joven para llevar adelante el clásico ritual de todas las tardes, con DJ’s y shows en vivo hasta la medianoche.
Sin embargo, “El Calamar Loco” le sumó al entretenimiento una exclusiva oferta gastronómica que permite disfrutar el parador de día y quedarse de corrido hasta el after beach para completar una jornada de playa plena.
A pesar de su crecimiento, Chapadmalal todavía conserva su esencia de pueblo costero tranquilo, donde las construcciones modernas conviven con las tradicionales casas de veraneo y mucha naturaleza. Este equilibrio entre desarrollo y preservación ha permitido que el lugar conserve su encanto y se convierta en una alternativa atractiva a los destinos masivos.