En el corazón de la provincia de San Juan existe un tesoro que maravilla a quienes buscan lugares únicos y aventuras en plena naturaleza: Arroyo Turquesa. Su belleza singular y las cristalinas del arroyo con aguas de color turquesa que lo recorren, ofrecen una experiencia visual inigualable de este asombroso paraje.
Su nombre no es casual, las aguas del arroyo parecen sacadas de un cuento, con tonalidades azules y verdes que contrastan con el árido entorno montañoso que lo rodea. Si buscas una escapada que combine aventura, naturaleza y un entorno de paz, el Arroyo Turquesa es el destino ideal.
Este rincón escondido es también un ícono del senderismo. El recorrido no es de alta dificultad, aunque sí requiere cierta resistencia física debido a la altitud y las condiciones del terreno. El trayecto se caracteriza por ser un ascenso suave, con paisajes áridos que van transformándose a medida que uno se adentra en la quebrada donde fluye el arroyo.
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Durante la caminata, los viajeros disfrutan de vistas impresionantes de montañas y formaciones rocosas que parecen esculpidas por un artista. El Arroyo Turquesa se encuentra al sur de la provincia de San Juan, y está a más de 3800 metros sobre el nivel del mar, en plena Cordillera de los Andes. Este paraje es un área protegida que se caracteriza por su biodiversidad y la presencia de montañas imponentes.
La mejor forma de llegar al Arroyo Turquesa es a través del pequeño pueblo, llamado Barreal y que es conocido por ser un centro turístico popular en la región. Desde allí, es posible organizar excursiones guiadas.
Lo que hace especial a este lugar es que, después de una caminata en medio de un paisaje seco y rocoso, se encuentra un oasis inesperado. Sus aguas cristalinas, de un sorprendente color azul turquesa, invitan a detenerse, descansar y disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión. El agua suele ser fría, debido a su origen deshielo. El arroyo tiene origen en el glaciar Caballito.
El hecho de que sea un lugar poco conocido le otorga un carácter especial, ya que no suele estar abarrotado de turistas, lo que garantiza una experiencia más íntima y tranquila. Además, su localización, en una de las zonas más pintorescas de San Juan, lo convierte en un plan ideal para combinar con otras actividades turísticas en los alrededores, como la visita al Parque Nacional El Leoncito o practicar astroturismo en el Complejo Astronómico El León.
La zona también es perfecta para el turismo fotográfico, ya que el contraste entre las aguas turquesas y el árido paisaje montañoso proporciona una paleta de colores digna de ser capturada. La luz, especialmente al atardecer, crea un ambiente mágico que ha atraído a fotógrafos y amantes de la naturaleza de todo el mundo.
Arroyo turquesa en San Juan, un trekking diferente
Es importante tener en cuenta algunos consejos prácticos. La mejor época para ir es durante la primavera o el otoño, cuando las temperaturas son más templadas y el clima es ideal para realizar caminatas largas. En verano, las temperaturas pueden ser muy elevadas, mientras que en invierno, el acceso puede complicarse por la nieve o las bajas temperaturas en la montaña.
Es recomendable llevar ropa cómoda, protector solar, gorra y suficiente agua para la caminata. Aunque el sendero no tiene complicaciones técnicas y no es especialmente difícil, es esencial estar preparado para las condiciones de altitud y llevar algún snack energético.
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También es aconsejable contar con una guía local, ya que pueden surgir dificultades en el camino, como perderse en alguna bifurcación. Para quienes buscan una experiencia completa, es posible acampar en las cercanías del arroyo, siempre respetando las normativas de la reserva natural y asegurándose de dejar el lugar tal como se encontró.