El Parque Nacional San Guillermo es uno de los rincones menos explorados del país, que ofrece un espectáculo de paisajes inmensos y extremos, con quebradas abruptas y vastos desiertos entre la cordillera y la precordillera.
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Este paraje, agreste y salvaje, es un paraíso para los amantes de la aventura que buscan sumergirse en entornos naturales poco tocados por el hombre.
La mejor época para aventurarse en el Parque Nacional San Guillermo es durante el otoño y la primavera, cuando las condiciones climáticas son más favorables. A pesar de su difícil acceso, el parque ofrece una entrada gratuita, pero la compañía de un guía habilitado es esencial para garantizar una exploración segura y enriquecedora.
El paraíso de San Juan: ¿cómo es el parque San Guillermo y cómo llegar?
El solo hecho de llegar al parque es una aventura en sí misma. Son aproximadamente 5 horas de viaje por caminos sinuosos, en estado irregular y por momentos desafiantes, solo transitables con vehículos 4x4.
Dentro del parque, el Circuito Punto Panorámico es uno de los dos disponibles. Al salir hacia el norte desde el refugio Agua del Godo, se llega a un mirador situado a 3760 metros sobre el nivel del mar. Desde este punto, se aprecia el imponente cerro Imán y el Llano de Los Leones, hogar de grupos de vicuñas y guanacos que contribuyen a la magnificencia del entorno.
Hacia el sur del refugio Agua del Godo se encuentra el Circuito Caserones, una ruta de 5 km. Después de atravesar la quebrada del río San Guillermo y pasar el cerro Potosí, se llega a la vega de Caserones.
El circuito de 350 metros permite caminar entre antiguos corrales, ofreciendo una panorámica imponente del afloramiento y la naturaleza virgen que lo rodea.