Si tu computadora ya no tiene la velocidad con la que volaba cuando la compraste y abrir una simple página web se siente como una eternidad, no desesperes. Antes de que tires la toalla y te resignes a comprar una máquina nueva, existen posibilidades para alargarle la vida útil por un par de años más.
Identificar los componentes clave correctos para actualizarlos o cambiarlos es lo principal para darle un respiro y exprimir a tu PC al máximo por mucho más tiempo.
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No todas las piezas envejecen igual, y algunas mejoras pueden hacer una diferencia enorme en el rendimiento de la computadora. Veamos qué se puede hacer.
El procesador: cerebro de la computadora
El procesador es la clave para mejorar el rendimiento del sistema. Si tu PC empieza a sentirse lenta al abrir muchas aplicaciones o si tu tarjeta gráfica nueva no está funcionando al máximo, es momento de una actualización.
Si tenés un procesador moderno como un AMD Ryzen 7000/9000 o un Intel Core i9 de 13.ª o 14.ª generación, probablemente no necesites actualizarlo en los próximos 4 o 5 años. Pero si tu CPU ya tiene varias generaciones de antigüedad, por ejemplo un i3 o i5, es hora de cambiarlo al menos a un i7 o algo más moderno.
De todas maneras, antes de ir a comprar uno al azar, consultá a un especialista para confirmar que el nuevo procesador sea compatible con la placa madre de la compu.
Memoria RAM y disco rígido
Renovar estos componentes le darán aire fresco a tu PC. Una cantidad suficiente de memoria RAM es necesaria para manejar varias aplicaciones al mismo tiempo. Lo mínimo, en la actualidad, son 8 GB de RAM. Y lo recomendable, para trabajar sin demoras y con muchas pestañas abiertas, es 16 GB. En este caso también deberás confirmar que la placa de la compu admite más memoria.
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En cuanto al disco rígido, cambiarlo por uno SSD (sólido) de alta velocidad hará que el equipo arranque y funcione mucho más rápido que con un HDD. Y no te olvides del almacenamiento: de 500 GB para arriba, como mínimo.
Tarjeta gráfica
Si sos gamer, creador de contenido, diseñador o simplemente disfrutás de ver películas con la mejor calidad, deberás pensar seriamente en romper el chanchito y comprar una tarjeta gráfica.
Este componente es el encargado de renderizar imágenes, texturas y efectos visuales, y determina la fluidez y el detalle con el que ves todo en tu monitor.
Los juegos y aplicaciones de hoy en día son cada vez más demandantes en términos gráficos. Si notás que las imágenes y videos se ven pixelados, sufren de lag o directamente no podés activar las opciones gráficas más avanzadas, o si tus programas de edición de video tardan siglos en renderizar, es hora de considerar una nueva GPU.
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Invertir en una buena tarjeta gráfica te permite disfrutar de los últimos videojuegos con la mejor calidad, trabajar con aplicaciones exigentes sin frustraciones y, en general, tener una experiencia visual mucho más fluida y placentera.