Chelsea Doyle es una joven madre de 28 años de Inglaterra que, como muchas mujeres, tuvo varios cambios en su cuerpo durante los embarazos.
Su primer hijo lo tuvo a los 15 años, en donde aumentó 32 kg. Al notar que su estado físico se veía cada vez más comprometido, decidió hacer un cambio.
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Así, poco a poco fue bajando algunos kilos, pero el proceso se volvía día a día más complicado, hasta que optó por someterse a una cirugía de manga gástrica en Turquía. Con ella logró bajar cerca de 47 kg, casi la mitad de lo que pesaba antes.
Sin embargo, Chelse tuvo que enfrentarse a otro problema. Como suele ocurrir en los casos en donde las personas bajan mucho de peso, su cuerpo quedó con la piel muy estirada, lo que la hacía sentirse bastante insegura con ella misma.
Ante esto, el año pasado, Chelsea gastó alrededor de 8.400 dólares en una abdominoplastia, una liposucción e implantes y levantamiento de pechos. Pero, afortunadamente, ahora se siente más segura con su cuerpo, según contó al medio inglés The Sun.

“Quería recuperar mi cuerpo de antes de tener hijos, pero no lo recuperaba tan rápido como lo perdí. No quería salir, no me sentía cómoda con nada, no me sentía yo misma”, detalló la joven de 28 años.
Ante esto, agregó: “Tenía una alimentación compulsiva. Si estaba deprimida, comía, y si estaba feliz, comía también. Era como una adicción a la comida. Ni siquiera tenía hambre, pero comía y comía”.

Luego de su increíble cambio físico que también impacto tanto en su salud física como emocional, Chelsea remarcó que quería contar su historia para ayudar a las mujeres que se encuentran en la misma situación. “Pude recuperar la confianza. Ahora salgo con mis hijos todo el tiempo y los llevo de vacaciones. Estoy mucho más feliz. Nunca más me quedo sin aliento ni cansada, tengo mucha más energía”, sumó.