Un joven compartió en su cuenta de X (exTwitter) una tenebrosa situación que vivió en su edificio. Allí, el chico mostró la conversación que mantuvo con un amigo en donde le contaba que se le había cortado la luz y que se encontraba solo.
Dicho esto, bajó al sector en donde se encuentran las térmicas y se llevó una impactante sorpresa al ver una cabeza de ciervo en el piso junto a un manojo de cables.
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“La situación es turbia, realmente. No hay nadie en el edificio, el ascensor está raro y mirá”, le escribió a un amigo con el que estaba conversando vía WhatsApp y le mandó dos fotos del sector de térmicas donde se puede ver este peculiar objeto.
Inmediatamente, el tuit se volvió viral y miles de personas comentaron al respecto. Algunos le llevaron tranquilidad al joven y otros lo asustaron aún más. “Es un Tótem de Leshen amigo, tienen que matar o exiliar al enmarcado porque va a volver de los restos, igual le tienen miedo al fuego y obviamente son vulnerables a las espadas de plata”, “No queda otra que mudarte, si aún no te mato un espíritu”, fueron algunos de los comentarios.
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Sin embargo, otro usuario se sumó y aclaró: “Experto en macumbas acá. El cráneo de animal no fue utilizado para ningún rito, según se ve. Así que no hay nada que preocuparse (a menos que sepas que hay una persona especifica que lo hizo)”.
¿Qué significa tener una cabeza de ciervo como decoración, según la psicología?
Desde la psicología, el acto de exhibir una cabeza de ciervo como decoración puede interpretarse como una manifestación de poder, control y dominación. En muchas culturas, la caza es vista como una actividad que requiere habilidad, astucia y, en algunos casos, violencia. Por lo tanto, tener un trofeo de caza, como una cabeza de ciervo, puede simbolizar la capacidad de someter a otro ser vivo, un acto que algunas personas podrían asociar con la afirmación de su propia superioridad o agresividad. Esta exhibición de poder puede ser un reflejo de una personalidad competitiva o dominante, que busca impresionar a los demás y reafirmarse constantemente en su entorno.
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En este sentido, la cabeza de ciervo podría ser un objeto que evoca el deseo inconsciente de imponer control o de proyectar una imagen de fuerza y agresividad, ya sea como una forma de compensar inseguridades personales o como un mecanismo para sentirse superior a los demás. La presencia de este tipo de trofeo podría funcionar como una herramienta para canalizar emociones como la frustración o la necesidad de ser reconocido, creando un vínculo entre la agresión y la forma en que se busca ser percibido por el entorno social. Este tipo de comportamiento está relacionado con la psicología evolutiva y la lucha por el estatus, donde los símbolos de dominio pueden tener un impacto significativo en la forma en que las personas interactúan entre sí y cómo se ven a sí mismas.
