La historia comenzó hace una década, cuando la mitad de la riqueza del magnate petrolero Harold Hamm desapareció por culpa de la caída del precio del petróleo. A fines de 2014, su patrimonio había bajado estrepitosamente de 18.500 millones de dólares a 9.300 millones, según la empresa dedicada al seguimiento de fortunas, llamada Wealth-X. Paralelamente, un juez le ordenó al hombre pagarle mil millones de dólares a su exesposa, Sue Ann Arnall, en un divorcio multimillonario.
El divorcio de la protagonista de esta historia, Sue Ann Arnall, y el petrolero multimillonario, dio que hablar en los diarios de Oklahoma City y otras ciudades de Estados Unidos, porque aunque el juez le ordenó pagar mil millones de dólares a su exesposa, Hamm apeló el fallo. En su escrito, el hombre decía sin ninguna vergüenza que “no podía darse el lujo de pagar mil millones”.
La exesposa, por su parte, también apeló el fallo del juez, porque entendía que le correspondía mucho más dinero que ese. La empresa creada en los años setenta comenzó con una pequeña planta de camiones para transportar petróleo, se expandió cuando usó la técnica del fracking para extraer petróleo en la región de Bakken y revolucionó la industria petrolera de Estados Unidos.
Un divorcio tan polémico como millonario
Según una presentación en la Comisión de Valores y Cambio de Estados Unidos, Hamm comprometió 2.400 millones de su empresa, llamada Continental Resources Inc, a cambio de un préstamo personal para pagarle a su ex.
Leé también: Ben Affleck y Jennifer Lopez tendrán el divorcio más millonario de Hollywood
Así fue como le otorgó un cheque del Morgan Stanley por un valor levemente inferior a los mil millones de dólares: fueron exactamente 974.790,317 dólares. Sin embargo, según pudo saberse por la prensa, Sue Ann lo rechazó.
Cuál era el reclamo de Sue Ann Arnall
Resulta que Sue Ann Arnall no solamente estuvo casada durante 26 años, mientras Hamm amasaba su fortuna en la empresa creada en 1970, sino que también se desempeñó como ejecutiva en la compañía. Por eso, su reclamo tras el divorcio fue por 3.400 millones de dólares.
Ese fue el motivo por el cual, según sus asesores, ella rechazó en primera instancia el cheque de casi mil millones: no solamente le parecía insuficiente por su trabajo y su convivencia con el magnate millonario, sino que además le dio miedo que no aceptaran su apelación si ella cobraba ese cheque.
Es muy difícil decirle que no a casi mil millones de dólares
Nunca se supo si por consejos de sus abogados y asesores, Sue Ann –que en primera instancia había rechazado el cheque de casi mil millones de dólares- finalmente lo aceptó. Así lo aseguró al New York Post el abogado de Hamm, que también cedió a su exesposa varias propiedades por valores millonarios.
El letrado también afirmó que la recién divorciada abrió una cuenta bancaria –en un banco que no quiso mencionar- para depositar y cobrar su cheque multimillonario.
Leé también: Gana más de U$S2.000.000 anuales: convirtió una idea sencilla en un negocio y se volvió millonario
Mientras la disputa por el divorcio mediático continuó en la Justicia estadounidense y no se volvió a informar cómo había continuado, Sue Ann Arnall no solo finalmente se quedó con el cheque de casi mil millones de dólares, sino que también aceptó la posesión de dos de las mansiones que compartía el matrimonio: su vivienda habitual en Oklahoma y un rancho en California.
Por su parte, Harold Hamm, que nació en 1945 en una familia pobre y empezó a trabajar en una plantación de algodón a los 16 años hasta que decidió dedicarse a la industria petrolera, logró rehacer su fortuna. Este año, según las revistas especializadas, otra vez tiene 18.000 millones de dólares.