Chelsey Nelson, una estadounidense de 33 años, se mudó a Australia en 2021 y logró comprar una casa de US$1.000.000 a pesar de los altos impuestos. “Pago hasta un 45% de mis ingresos en impuestos, pero siento que estoy mejor económicamente aquí que en Estados Unidos”, aseguró quien destaca que en Australia percibe beneficios que no tenía en su país natal.
La historia de Chelsey comenzó en 2019, cuando conoció a su actual esposo en un hospital en Río de Janeiro durante el Carnaval. Luego de años de visitas intermitentes y un periodo de separación de diez meses por la pandemia, optó por mudarse a Brisbane con una visa de pareja, lo que le permitió trabajar de inmediato. “En 2021 guardé mis cosas y me mudé a Brisbane, una ciudad a la que nunca había ido”, relató.
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Sistema de impuestos y beneficios sociales en Australia
En Australia, Chelsey paga un 37% de impuestos sobre los ingresos de hasta 190.000 dólares australianos (equivalente a US$120.000) y un 45% para ingresos superiores. “Escuchar que pagaría hasta un 45% fue impactante, pero veo a dónde va mi dinero”, señaló Nelson, quien además cuenta con cobertura de salud por la que paga una tarifa adicional de US$1.300 al año al ser mayor de 30 años.
Chelsey también subrayó los beneficios en el transporte público de su ciudad, que redujo los costos de los pasajes a US$0,50. “Sé que mis impuestos están en buen uso cada vez que tomo el tren, el autobús o el ferry”, explicó.
Jubilación garantizada y ahorro a largo plazo
Otro de los puntos que resalta Chelsey es el sistema de ahorro para la jubilación en Australia, conocido como “superannuation”, al cual todos los empleadores deben contribuir. “En Estados Unidos, tenía que preguntar si la empresa ofrecía un plan de jubilación, pero aquí es obligatorio”, comentó. En Australia, las empresas deben aportar un 11.5% adicional al salario del empleado en esta cuenta de ahorro para el retiro, un beneficio que ella asegura facilita la estabilidad a largo plazo. “Ya tengo alrededor de US$35.000 en mi cuenta”, reveló.
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Vivienda sin impuestos a la propiedad
Chelsey adquirió una casa de tres habitaciones y dos baños a unos 15 minutos de la ciudad, con un costo que consideró comparable a Seattle, aunque superior al de muchas otras zonas de Estados Unidos. A pesar del alto precio de la propiedad, Nelson destaca la ventaja de no pagar impuestos anuales a la propiedad. “Pagamos un impuesto de sellos de US$36,000 al comprar la casa. Si nos quedamos aquí cinco años, compensaremos lo que habríamos pagado en impuestos a la propiedad en EE.UU.”, explicó.
La decisión de establecerse en Australia parece haber traído a Chelsey una estabilidad económica que, según ella, no habría alcanzado en su país de origen. “Aquí tengo un sistema que respalda mis necesidades y un equilibrio financiero que en Estados Unidos parecía inalcanzable”, concluyó la joven de 33 años, que hoy disfruta de un hogar propio y una vida más tranquila en Brisbane.
