En Brasil, una familia encontró una cámara oculta en el baño del departamento en el que viven, ubicado en Playa Grande, en la costa de San Pablo. Angélica Bitu contó que el descubrimiento se dio el sábado en la propiedad que alquila con su esposo desde hace cuatro años.
La pareja, que vive allí junto a su hijo, contó al medio g1 que la cámara fue encontrada de casualidad mientras él cambiaba una bombita de luz en el baño.
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La historia se volvió viral en TikTok cuando luego de que Angélica publicara un video en el que relató lo sucedido. La familia, que desconoce si la cámara grabó sus escenas cotidianas, llevará el caso a la Justicia.
Angélica indicó que se sintió “invadida y expuesta” cuando descubrió el equipo escondido en el baño. Según ella, el dispositivo tenía luces encendidas y estaba conectado a un enchufe en el techo.
“Me asusté porque no sabía si las imágenes irían a algún lado y si había alguien mirándonos. Cambié a mi bebé muchas veces bajo esa lámpara. Fue muy impactante y muy triste”, expresó Angélica
La inquilina también indicó que se puso en contacto con la dueña de la propiedad después de encontrar la cámara. Luego aclaró que no cree que haya sido ella quien puso la cámara allí.
“Cuando compró este departamento al tiempo ya lo puso en alquiler. Tanto es así que soy la primera inquilina permanente”, explicó Angélica a TV Tribuna. “Ella se quedó en shock. Quiero que la persona que responda por esto sea la que realmente hizo la instalación”, agregó.
Los abogados Mario Badures y João Carlos Pereira Filho explicaron a g1 que el caso podría ser tratado tanto al fuero civil como en el penal. Según Badures, en el ámbito civil esto puede interpretarse como una “clara violación” de los derechos garantizados en la Constitución federal.
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“La privacidad, la intimidad, la imagen, todos sujetos a indemnización por los daños sufridos, especialmente el daño moral resultante de faltas de respeto”, sostuvo el abogado.
Pereira Filho enfatizó que la situación también puede resultar en una violación del artículo 216-B del Código Penal de Brasil, el cual condena el hecho de “producir, fotografiar, filmar o grabar, por cualquier medio, contenidos con una escena de desnudo o un acto sexual o libidinoso de una persona, íntimo y privado, sin autorización de los participantes”. La pena por el delito, según el abogado, es de seis meses a un año de prisión, además de multa.
