Un joven generó controversia al quejarse en TikTok de la cantidad de chilenos que visitan Bariloche para comprar en un mercado mayorista. “Esto es de no creer”, anunció Santiago Garay en su video mientras caminaba por el estacionamiento.
“Miren la cantidad de chilenos que hay. Esto que van a ver es un montón: sí, también hay combis de Chile. Tope máximo, micro, sí, micro de Chile, fíjense que ahí tiene la banderita”, exclamaba al mismo tiempo que mostraba los autos con las patentes extranjeras.
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Además, Garay continuó exponiendo su punto de vista: “Lo que me pregunto es: los argentinos también iban a Chile a comprar artículos de electrónica y demás. Para mí está bien que busquen precios, pero ¿hace falta, con esos autos que tienen, autos que yo no tengo, venir a comprar jabón, detergente?”.
¿No te da para comprar esa mercadería en su propio país? ¿Tanto ahorro hacés viniendo a Argentina a comprar, que te da para tener un vehículo de US$30.000, US$50.000, pero venís acá a Bariloche a comprar jabón en polvo?”, exclamó.
Su posteo superó las 12.000 reproducciones y cientos de comentarios confrontados. “Te comento que acá en Chile ir al supermercado es hasta cuatro veces más caro, gastamos más en comida que en tecnología, es un robo , ahorramos y paseamos”, aclaró una usuaria, pero otros también se quejaron: “Acá en Viña, específicamente en Reñaca, es lo mismo en verano, pero con patentes argentinas”, señaló una usuaria, y otras personas apuntaban a la afirmación sobre los autos: “No veo ningún auto de alta gama. No es solo comprar, también sirve ir de paseo, ir a comer, arrendar departamentos y, de paso, ayudar a su economía”.
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Una práctica impulsada por el tipo de cambio
Los llamados “tours de compras” atraen a personas de los países limítrofes a distintas provincias del país. Los visitantes buscan principalmente productos de consumo masivo, no así a mercadería de consumo durable, señalaron desde el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL). Entre los productos más demandados se encuentran alimentos no perecederos y productos de limpieza e higiene personal, entre otros.
Esta práctica, que ya es habitual ver en varias ciudades del país, es alentada por el tipo de cambio. Los visitantes traen dólares que cambian por pesos en el mercado paralelo y, esta manera, consiguen artículos a un tercio del precio que deberían pagar en sus países de origen.
