La historia es larga, duró como tres años, tuvo todos los condimentos juntos y terminó de la peor manera posible, cuando una joven argentina se enteró a través de un desagradable detalle de que su expareja había tenido sexo con otra mujer en su propio departamento.
Candelaria conoció a su novio, siete años menor que ella, cuando tenía 27 y trabajaba en un bar. “Me había ido de vacaciones y cuando volví había un bartender nuevo. Era hermoso, alto y lleno de tatuajes”, contó en el video que subió a TikTok.
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La joven había cortado hace seis meses y buscaba una relación sin compromisos con el joven de 20 años: “Para mí era una aventura la situación: laburo en un bar y estoy con él”, dijo. Lo que nunca se imaginó es que al día siguiente de haber vuelto de vacaciones iba a estar con él.
Fue un viernes en el que ambos se quedaron a tomar una cerveza luego del trabajo, él la acompañó a su auto y ahí se dieron su primer beso. La relación se extendió durante tres meses y los más cercanos a Candelaria le advirtieron: “Me decían ´ojo porque va a flashear amor´ y yo les decía que estaba claro”.
En el cumpleaños de ella ocurrió lo que debía ocurrir: el le regaló una cadena de plata y le confesó que le “pasaban cosas”. “Te llevo 7 años, no puedo estar con un pibe de tu edad”, fue la respuesta de Candelaria, por lo que dejaron de verse.
Pero al poco tiempo, él comenzó a salir con otra joven y la traía al mismo bar en el que ambos trabajaban. Eso motivó los celos de Candelaria, quien resolvió las cosas: “Le pedí perdón y le dije que quería estar con él. Nos pusimos de novios al nivel de conocer a nuestras familias, viajamos y convivimos. Se mudó a mi departamento y estuvimos dos años de novios con siete de diferencia”, contó.
Tras dos años de novios, ella recibió una beca de estudio para viajar a Dinamarca y con la distancia la relación comenzó a desgastarse. El fin llegó a través de redes sociales: “Cortamos desde allá y por WhatsApp. Estuvo mal porque hubiese sido mejor cortar cara a cara, pero a veces uno corta como puede y no como quiere. Yo sabía que esa relación no iba a ningún lado y ya se iba a terminar”, dijo.
Como todo había terminado en buenos términos, ella le ofreció que se quede viviendo en su departamento -el mismo en el que convivían- mientras iba mudando sus cosas a la casa de los padres. El problema apareció cuando volvió del viaje y se encontró con una desagradable sorpresa,
“Cuando volví, estaba la casa vacía y no estaban su cosas. Me puse a ordenar la ropa y en la parte donde están los zapatos encontré un paquete de un preservativo abierto. El preservativo no estaba, lo habían sacado de ahí. Mío no era porque yo no había estado en el departamento por un mes”, relató Candelaria.
La joven le sacó una foto y le mandó un mensaje de WhatsApp: “Acabo de encontrar esto, te leo”. Él lo negó todo: “Estas loca, yo nunca estaría con una mina en tu departamento”. Ella le repreguntó, pero el volvió a decirle que era imposible que ocurriera algo así.
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El increíble detalle que resolvió la verdad fue la fecha de elaboración del preservativo: “Decía diciembre de 2019, yo estaba de viaje para esa fecha, no estaba en el país. Lo cual indicaba que cuando cortamos, que yo le dije que se quede en el departamento el tiempo que necesitara, el aprovechó ese tiempo para llevar a una chica y tuvo sexo en mi cama”.
Dos días después se reunieron para terminar la relación de manera formal y cara a cara. Ella lo encaró y le dijo: “Quiero que sepas que yo sé que ese preservativo es tuyo porque la fecha de elaboración del paquete es de diciembre de 2019 y yo no estaba en el país”.
“Él me pidió perdón. Yo lo abracé, le dije que estaba todo muy bien. Parece que estuvo muy triste cuando cortamos, un día fue a un boliche y volvió con una chica a mi casa”, contó indignada Candelaria, quien cerró la anécdota con la desagradable consulta que tuvo que hacerle: “Le pregunté si había cambiado las sábanas y me dijo que si”.