Una influencer cordobesa denunció por acoso a un fan que la persigue desde hace meses y crea perfiles falsos en las redes sociales para intentar acercarse a ella.
Todo comenzó en agosto del año pasado, cuando Florencia Carnero -conocida como Pupinamente- ya era todo un éxito en internet gracias a sus videos de humor cordobés: actualmente acumula más de 160 mil seguidores en TikTok y 30 mil en Instagram.
Una mujer que siempre le ponía “me gusta” y le escribía mensajes con elogios le ofreció un “canje” para poder visibilizar un emprendimiento de pastelería, algo muy común en el mundo de los influencers. Pupinamente aceptó y acordaron encontrarse para que le entregara sus productos. A último momento, la mujer le preguntó si podía ir acompañada por su hijo, que aparentemente también la admiraba. Florencia, claro, aceptó.
“Imaginé que era un niño o un adolescente”, aseguró Florencia, en diálogo con ElDoce.tv. Pero cuando llegó el día se dio cuenta de que en realidad era un joven mayor de edad que se había ocultado detrás del perfil de su madre para poder verla en persona: “Ahí me cayó la ficha”.
La influencer explicó que no suele dar la dirección de su casa para evitar exponerse y resguardar su integridad, pero el joven de 23 años -identificado como Cristóbal Bayarri- descubrió dónde vivía y antes de irse -en aquella visita junto a su mamá-, le entregó una carta en la que le confesó estar perdidamente enamorado de ella.
“Al principio me pareció tierno, nada más. A fin de año me cae a mi casa queriendo tomar una cerveza. Se tomó el atrevimiento de tocar a mi puerta”, agregó a su relato. “No vuelvas a hacer esto”, le pidió.
El acoso empeoró con el correr de los meses. Al parecer, el joven creó una cuenta de Twitter en la que escribe “todo” lo que hace Pupinamente. “Me dio escalofríos”, recordó.
En ese momento se contactó con la madre para contarle sobre la última visita sorpresiva, todas las insistencias y pedirle que hablara con su hijo para conseguir ayuda profesional. La mujer le contestó: “Gracias, vamos a ver qué podemos hacer”.
“Evidentemente no lo quiere ver, lo está apañando y él la manipula como quiere”, se quejó la cordobesa. Ante la falta de respuesta, decidió bloquearlos. No fue suficiente: el joven creó perfiles falsos para seguir acosándola.
Cansada y con miedo, el pasado 16 de abril se presentó en el Polo de la Mujer para hacer una denuncia formal. Relató con detalles la situación y una semana más tarde llegó una orden de restricción: el joven ya no podía tener contacto ni presencial ni virtual con la influencer.
Sin embargo, vecinos aseguran que lo vieron merodeando por la zona. “Dejé de subir tantas cosas a las redes sociales, limité el contenido y mis salidas. Su familia lo subestima, cree que es un juego”, se quejó.
Harta del acoso y de no conseguir una solución, en las últimas horas Pupinamente decidió exponer el caso en sus redes sociales: “Lo hice porque entiendo que tiene un problema. Y mal que mal tengo mucha gente mirándome y tengo que tener cuidado con lo que digo y público, porque muchos quieren reaccionar contra él”.
