En medio de las tensiones y problemas de la carrera lunar, y cuestionamientos al progreso del programa Artemis, SpaceX y Blue Origin presentaron a la NASA nuevos planes para acelerar el regreso de astronautas estadounidenses a la superficie lunar.
El anuncio se produce luego de que Sean Duffy, administrador interino de la agencia espacial, criticara los retrasos en el desarrollo del sistema de alunizaje de SpaceX y advirtiera que abriría la competencia a otros contratistas.
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Según informó SpaceX en una publicación oficial, la compañía propuso una arquitectura de misión simplificada que permitiría acortar los plazos para volver a la Luna y mejorar la seguridad de la tripulación.

“Creemos que este nuevo enfoque resultará en un retorno más rápido al satélite mientras optimizamos la operación general de la misión”, explicó la firma fundada por Elon Musk.
¿Qué pasa con la nueva misión a la Luna?
A comienzos de octubre, Duffy había declarado en una entrevista con CNBC que SpaceX se encontraba demorada en el desarrollo del sistema de aterrizaje lunar (HLS, por sus siglas en inglés) que será clave para la misión Artemis III, prevista como el primer viaje tripulado de regreso a la Luna desde el Apolo 17, en 1972.
Ante esa situación, el funcionario anunció que la NASA evaluaría propuestas alternativas, como la del competidor directo de Musk: Blue Origin, la empresa aeroespacial de Jeff Bezos.
Días después, un vocero de la NASA confirmó que la agencia había recibido planes tanto de SpaceX como de Blue Origin para acelerar la producción del HLS.
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Una vez completada esa revisión, la institución lanzará un pedido de información para invitar a otras compañías del sector aeroespacial a presentar sus ideas.
El objetivo, según la agencia, es determinar la mejor estrategia para garantizar que Estados Unidos retome la delantera en la exploración lunar, frente a la amenaza de que China consiga enviar su propia misión tripulada antes de 2030.
Según informó CNBC, en una reunión interna con empleados, Duffy reconoció que le preocupan las dudas planteadas en el Congreso sobre la capacidad de la NASA de cumplir los plazos previstos y adelantó que se busca una respuesta sólida y competitiva para ganar la segunda carrera espacial.
SpaceX: avances, tensiones y desafíos
Elon Musk no tardó en responder a las críticas del funcionario, y lo hizo en su red social X, donde publicó mensajes despectivos hacia Duffy.
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Mientras tanto, el cohete Starship, la nave insignia de SpaceX y pieza central del programa lunar, ya completó 11 vuelos de prueba no tripulados, los dos últimos considerados exitosos.
Sin embargo, la compañía todavía debe demostrar las complejas maniobras de recarga en órbita, un requisito esencial antes de emprender un viaje tripulado hacia la Luna.
Blue Origin y el impulso del proyecto Blue Moon
Por su parte, Blue Origin también presentó un nuevo plan a la NASA. La empresa de Bezos trabaja en su propio sistema de aterrizaje lunar, Blue Moon, y ya recibió de la agencia cerca de 835 millones de dólares desde que el contrato comenzó en 2023.
El proyecto prevé el lanzamiento de una versión reducida del módulo, llamada Blue Moon Mark 1, como parte de las pruebas previas antes de intentar el alunizaje tripulado.
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Una nueva carrera lunar en marcha
Los avances de China son uno de los principales motores de urgencia para la NASA. El gigante asiático confirmó que planea llevar a sus astronautas a la Luna antes de que finalice la década. Además, la expansión de su estación orbital Tiangong, construida tras su exclusión de la Estación Espacial Internacional por motivos de seguridad nacional, sigue en plena expansión.
La competencia, los retrasos y las tensiones políticas reavivaron el espíritu de la carrera espacial, esta vez con actores privados que juegan un papel protagonista.
Tanto SpaceX como Blue Origin buscan demostrar que la innovación comercial puede ser clave para el futuro de la exploración lunar y marciana. Y, además, ganarle al mayor enemigo que tiene Estados Unidos en la actualidad: China.



