Una escena digna de una película científica ocurrió en vivo y ante miles de espectadores: durante una transmisión por internet del Conicet desde la estepa patagónica, un grupo de paleontólogos encontró un huevo de dinosaurio carnívoro perfectamente conservado.
El descubrimiento, que tomó por sorpresa a los investigadores y al público, fue parte de la Expedición Cretácica I, una iniciativa inédita que transmite por streaming el trabajo de campo de los científicos argentinos.
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El hallazgo ocurrió cerca de General Roca, Río Negro, en uno de los yacimientos más ricos del país, con una antigüedad estimada de 70 millones de años.

Durante la transmisión, los paleontólogos exploraban un área que a simple vista parecía contener restos comunes, hasta que uno de ellos identificó una estructura semienterrada en la roca. Minutos después, confirmaron en vivo que se trataba de un huevo fósil excepcionalmente preservado.
“Nunca vimos algo así, nunca vimos un huevo tan bien conservado. Es de un dinosaurio carnívoro, muy parecido al Bonapartenykus”, dijo uno de los investigadores ante las cámaras, mientras el resto del equipo celebraba el descubrimiento. En un primer momento creyeron que se trataba de un huevo de ñandú, pero la textura del fósil confirmaron su origen prehistórico.
La Expedición Cretácica I, organizada por el Conicet junto con la Fundación Azara y la National Geographic Society, busca recuperar restos fósiles inéditos de dinosaurios carnívoros que habitaron la Patagonia poco antes de la gran extinción. El sitio ya había sido escenario de descubrimientos anteriores, como la garra del Bonapartenykus ultimus, un dinosaurio descrito recientemente por científicos argentinos.
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El nuevo fósil, un huevo completo con detalles externos visibles, podría ofrecer información inédita sobre la reproducción y el desarrollo embrionario de los dinosaurios carnívoros del Cretácico. Según los expertos, su estructura guarda similitudes con los huevos de aves actuales, reforzando la conexión evolutiva entre ambas especies.