Un ciberataque paralizó a la mayor cervecera de Japón y el incidente podría generar escasez de una de las bebidas más consumidas del país.
La empresa afectada, Asahi Group Holdings, fabricante de la popular Asahi Super Dry, confirmó que fue víctima de un ataque de ransomware que obligó a suspender pedidos, envíos y varios servicios internos desde el 29 de septiembre.
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Según informó la propia compañía, el incidente afectó principalmente sus operaciones domésticas en Japón. Aunque las plantas de producción no fueron dañadas directamente, los sistemas de gestión y distribución quedaron fuera de servicio.

Como resultado, los pedidos se tramitan, desde la semana pasada, de manera manual en papel y fax, un método casi impensado para una multinacional de esta escala.
Asahi explicó que está en plena investigación del alcance del ataque junto a expertos en ciberseguridad y autoridades locales. Las primeras revisiones detectaron rastros que sugieren una posible transferencia no autorizada de datos, lo que eleva la preocupación por una potencial filtración de información sensible de clientes y socios comerciales.
Riesgo de desabastecimiento
El impacto ya se siente en la cadena de suministro: algunos minoristas japoneses advirtieron que las existencias de cerveza Asahi podrían agotarse si el sistema no se restablece pronto. En supermercados y tiendas de conveniencia comenzaron a reportarse retrasos en la reposición de botellas y latas, mientras la compañía intenta mantener el flujo de productos con procesos alternativos.
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La situación repercutió también en los mercados financieros. Las acciones del grupo empresarial cayeron luego de conocerse el ataque, y los analistas advierten que el incidente podría tener consecuencias en los resultados económicos del año.
El caso se suma a una serie de ciberataques recientes contra empresas japonesas del sector industrial y manufacturero, que en los últimos años se convirtieron en blanco frecuente de grupos criminales que buscan ganancias rápidas.
Mientras, el gigante cervecero asegura que trabaja sin descanso para normalizar la situación. Pero si los sistemas no se restablecen en los próximos días, Japón podría enfrentar un escenario impensado: quedarse sin su cerveza más famosa, víctima de un ataque informático.