Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Wollongong, en Australia, encontró que los chicos menores de 5 años sufren efectos adversos si sus padres dedican mucho tiempo a las pantallas. Entre las conclusiones más alarmantes, se indica que ese hábito por parte de los adultos puede afectar negativamente el desarrollo cognitivo y motor de los más pequeños de la familia, así como sus habilidades sociales.
Tecnodependencia y crianza: las conclusiones del estudio
“El uso de tecnología por parte de los padres en presencia de sus hijos se asoció significativamente con una cognición y un comportamiento prosocial más deficientes, un menor apego, mayores niveles de problemas de internalización y externalización, y un mayor tiempo frente a la pantalla”, advirtieron los autores. “Este fenómeno puede afectar negativamente la salud y el desarrollo de los niños pequeños”, agregaron en ese sentido en el paper publicado en la revista JAMA Pediatrics.
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El estudio evaluó 21 informes asociados y previamente publicados. Además, se basó en respuestas y experiencias de 14.900 niños de entre 0 y 5 años.

Los responsables del informe encontraron que las distracciones e interrupciones causadas por dispositivos electrónicos pueden dejar pequeñas, pero indelebles huellas en los chicos. Estos comportamientos “pueden fomentar una sensación de ser ignorado o hacer que los niños sientan que deben competir por la atención de sus padres”, explicaron los investigadores.
“Estas intrusiones pueden interrumpir el flujo natural de las interacciones, lo cual es particularmente importante a medida que los niños pequeños adquieren habilidades sociales y lingüísticas cruciales (...) y establecen sus patrones de comportamiento de movimiento”, añadieron.
De acuerdo a los autores, estas conclusiones ponen en relieve “la necesidad de realizar más estudios longitudinales y experimentales”.
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Tal como observa New York Post, los hallazgos del estudio reciente coinciden con una evaluación de 2024 sobre esta misma problemática, que determino que los padres que pasan demasiado tiempo frente a las pantallas, en sus casas, afectan en forma negativa el desarrollo lingüístico de sus hijos.
“Durante los primeros años de vida, el factor más influyente es la interacción verbal diaria, cara a cara, entre padres e hijos”, comentó al respecto la autora principal de aquel informe, Tiia Tulviste, de la Universidad de Tartu, en Estonia.