El Telescopio Espacial James Webb volvió a sorprender, no solo a la comunidad científica sino a millones de personas en las redes sociales, con una nueva composición estelar conseguida por el instrumento de la NASA.
En esta oportunidad se trató de una imagen sin precedentes de la nebulosa planetaria NGC 1514, en la que se revelan detalles inéditos de una estrella en las etapas finales de su vida.
Leé también: Una estudiante argentina fue seleccionada por la NASA para diseñar una misión a Marte
Esta formación estelar, ubicada a unos 800 años luz de la Tierra, en la constelación de Tauro, fue descubierta hace más de dos siglos, pero nunca se la había visto con tanto detalle… hasta ahora.

La imagen capturada por el James Webb revela un espectáculo cósmico asombroso: dos anillos de polvo perfectamente definidos que rodean el corazón brillante de la nebulosa, como si se tratara de una joya suspendida en el espacio.
En ese corazón se encuentra un sistema binario compuesto por dos estrellas que orbitan entre sí en una trayectoria excéntrica de aproximadamente nueve años.
Por otra parte, los anillos, invisibles para los telescopios ópticos, aparecen en la imagen gracias a la sensibilidad del filtro infrarrojo del telescopio. Así, se pueden ver texturas y simetrías que parecen esculpidas por una inteligencia celestial.
Leé también: Armó un observatorio espacial en su terraza de La Paternal desde donde saca fotos que son premiadas por NASA
Lo que más impacta es la nitidez con la que se pueden observar las capas de gas y polvo expulsadas por la estrella moribunda.
La NASA y los astrónomos que administran y controlan el telescopio llamaron a estas formaciones los anillos de compromiso, por su forma cerrada y simétrica, y por la historia de interacción estelar que los habría originado.
Desde el punto de vista científico, los detalles de esta composición revelan pistas vitales para entender cómo mueren las estrellas de masa similar al Sol, y cómo sus restos forman nebulosas con formas sorprendentemente complejas.