El modo incógnito es la función favorita de muchos usuarios que buscan navegar por internet sin dejar huellas. Sin embargo, hay un detalle que pocos conocen: no te vuelve invisible en internet, sino que solo impide que el navegador guarde tu historial localmente, pero tu proveedor de internet, las páginas web que visitás y los motores de búsqueda siguen viendo lo que hacés.
Si buscás una privacidad más real, ya sea para proteger tus datos, evitar rastreadores o navegar en redes públicas con seguridad, hay dos métodos mucho más efectivos. Y no, no hace falta ser hacker para usarlos.
Leé también: Protección de datos personales: riesgos y desafíos de guardar información sensible en Internet
Usar una red privada virtual o un navegador diseñado específicamente para la privacidad y el anonimato son las opciones ideales para quienes desea pasar desapercibidos en su vida online.

1. VPN: una capa de invisibilidad digital
Una VPN (sigla de Virtual Private Network o Red privada virtual) actúa como un túnel seguro entre tu dispositivo e internet. Redirige tu conexión a través de un servidor remoto y oculta tu dirección IP, además de encriptar tus datos. Así, ni tu proveedor de internet ni los sitios web pueden ver lo que hacés online.
Entre las ventajas que este sistema ofrece está proteger tu información en redes Wi-Fi públicas (como bares, aeropuertos o universidades) y permite acceder a contenidos bloqueados geográficamente.
Por ejemplo, con una VPN, podés entrar a tu homebanking desde una red pública sin miedo a que te espíen o acceder a una serie que solo está disponible en otro país.
Las VPN forman parte de paquetes de servicios de seguridad, como antivirus, aunque algunas se pueden pagar por separado. También existen VPN gratuitas, pero si vas a usar una, investígala y leé los comentarios de los usuarios, ya que algunas registran tu actividad o venden tus datos.
Leé también: Qué es la huella digital y cómo borrar tu actividad online para estar a salvo de ciberdelincuentes
2. Tor: el navegador que te esconde de verdad
El navegador Tor (The Onion Router) está diseñado para la privacidad y el anonimato. Funciona encriptando los datos y enviándolos por una red descentralizada de servidores (o nodos) que disfraza tu IP y hace casi imposible rastrear tu actividad.
Su principal ventaja es que oculta tu identidad y tu ubicación. También permite navegar sin ser rastreado por sitio web, anunciantes o gobiernos, y acceder a contenidos bloqueados o censurados.
La principal barrera de Tor es que muchos se piensan que es difícil usarlo y que es una herramienta de hackers. Sin embargo, para empezar a navegar con él solo hay que descargarlo desde torproject.org e instalarlo.
No se necesita configurar nada técnico y la navegación es igual que en Firefox solo que es más lento que los navegadores comunes y algunos sitios no funcionan bien o te muestran muchos CAPTCHA. Eso sí, se recomienda no iniciar sesión en cuentas personales si buscás mantener el anonimato.