El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Estados Unidos publicó esta semana un post en X en el que se jacta de ahorrar un millón de dólares al año al convertir 14.000 cintas magnéticas (tecnología de 70 años de antigüedad para el almacenamiento de información) en "registros digitales modernos permanentes".
Si bien a primera vista puede parecer una decisión lógica de la oficina liderada por Elon Musk para modernizar la infraestructura de los servicios públicos, las críticas a esta medida no tardaron en hacerse escuchar y en señalar las ventajas de las cintas magnéticas frente a las digitales.
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Expertos en ciberseguridad e informática, usuarios de X, y una nota aclaratoria en X, destacaron que la movida es un paso peligroso para la seguridad de los datos almacenados, ya que, a pesar de su aparente obsolescencia, la cinta es la mejor opción para guardar información sensible.

“A pesar de su antigüedad, la cinta magnética sigue siendo muy favorable para los archivos de datos estáticos a largo plazo. Ofrece rentabilidad (es más barata que el disco o la nube), longevidad (dura más que las unidades de disco), seguridad offline (resiste las ciberamenazas) y gran capacidad (hasta 50 TB por cinta)”, dice la nota de comunidad agregada al tuit de la cuenta oficial de DOGE.
La principal de estas razones, según los especialistas, es que las cintas ofrecen una solución física y una barrera para que los datos no sean accesibles, y por ende no puedan ser robados por ciberdelincuentes.
“Es muy extraño este movimiento, probablemente esta gente no sepa que los registros digitales son, por ejemplo, cintas”, afirmó Nicolás Wolovick, doctor en Ciencias de la Computación por la Universidad Nacional de Córdoba, al newsletter especializado en ciberseguridad DarkNews, de Juan Brodersen.
En ese sentido, agregó: “Nuestros datos están hechos de bits y a esos bits hay que almacenarlos en algún lugar. Hay muchas formas de almacenamiento y las que más conocemos son los pendrives, discos flash o de estado sólido (SSD)”.
En concreto, una cinta magnética es mucho mejor en un montón de aspectos: “Duran más años, ocupan menos espacio por cantidad de datos y las cintas se sacan físicamente y se almacenan en bóvedas, con lo que la seguridad física es más fiable”, explicó el experto.
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Wolovick aseguró que la vida útil de una cinta es de aproximadamente 30 años, mientras que un disco dura solo 10 y la duración de un SSD es difícil saberlo.
También alertó por el impacto ambiental: “La cinta es almacenamiento frío, no consume energía. En cambio, los discos rotacionales como sólidos consumen energía de forma permanente. O sea que además es ineficiente a nivel energético, con más impacto en la huella de carbono”.
En las redes sociales se burlaron del anuncio y muchos expresaron que el ahorro es mínimo, en comparación con el gasto anual del país. Otros pidieron más detalles sobre qué datos son los que se digitalizaron y algunos notaron que la frase “registros digitales permanentes” que usó el Departamento de Eficiencia Gubernamental es un oxímoron, ya que lo digital es intrínsecamente efímero: si un servicio en la nube o un rígido deja de funcionar, lo almacenado allí se vuelve irrecuperable.