Los incidentes cibernéticos han escalado hasta convertirse en el principal riesgo para las empresas en Argentina, superando a otros factores clave como la inflación, catástrofes naturales, cambios en las legislaciones, cambio climático y evolución del mercado. Según el Barómetro de Riesgos Allianz 2025, más del 60% de los encuestados a nivel global identificaron la violación de datos como la exposición cibernética más temida, seguida por los ataques a infraestructuras críticas y activos físicos (57%).
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Entre las novedades del informe se destaca también el impacto de las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, que aparece en el ránking ocupando el décimo lugar con un 13%. Esos datos reflejan cómo la transformación digital está generando nuevas áreas de oportunidad, pero también de preocupación, para las organizaciones.
Prepararse para los riesgos: un enfoque estratégico
Ante este panorama, resulta crucial que las empresas adopten estrategias proactivas para mitigar los riesgos cibernéticos y aprovechen las tecnologías emergentes como aliadas para fortalecer sus operaciones. Mauricio Gálvez, BDM Ciberseguridad de TIVIT Latam, destacó: “Las nuevas tecnologías no solo transforman la forma en que operan las empresas, sino también cómo gestionan los riesgos. Estamos convencidos de que la combinación de innovación y seguridad es esencial para fortalecer la resiliencia y competitividad de las organizaciones”.
Por ello, la multinacional tecnológica propone cuatro recomendaciones esenciales para protegerse ante las crecientes amenazas.
- Adopción de un enfoque integral de ciberseguridad y tecnología: Implementar soluciones que integren herramientas como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y el análisis predictivo para detectar y mitigar amenazas en tiempo real, al tiempo que se optimizan los procesos operativos.
- Fortalecimiento de la cultura organizacional: Capacitar regularmente a los colaboradores no solo en prácticas seguras, como la identificación de intentos de phishing y otras técnicas de ingeniería social, sino también en el uso responsable y eficiente de nuevas tecnologías.
- Aprovechamiento estratégico de nuevas tecnologías: Invertir en herramientas avanzadas para mejorar la detección de anomalías, acelerar la respuesta a incidentes y generar insights valiosos para la toma de decisiones.
- Colaboración intersectorial: Contar con aliados tecnológicos para desarrollar soluciones innovadoras y fortalecer la resiliencia colectiva frente a amenazas.
En conclusión, el panorama de riesgos para las empresas exige una atención inmediata, pero también una mentalidad adaptativa. ”Más que un desafío, las nuevas tecnologías representan una oportunidad para fortalecer la seguridad y optimizar el funcionamiento de las organizaciones en un entorno digital cada vez más conectado”, puntualizó Mauricio Gálvez.