Los lectores no acostumbrados a la poesía son incapaces de diferenciar entre obras generadas por inteligencia artificial o creadas por grandes autores como William Shakespeare. Incluso, algunos valoran más los poemas inventados por chatbots.
Así lo determinó una investigación de la Universidad de Pittsburgh con más de 1500 personas. El estudio concluyó que esta tendencia a preferir poesía generada por IA puede deberse a que los lectores confunden la complejidad de los versos escritos por humanos con las incoherencias en las que a veces puede incurrir esta tecnología.
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La encuesta, publicada Science Advances, argumento que otro motivo de esa preferencia puede ser que los participantes infravaloraron lo humana que puede llegar a ser la IA generativa.
Durante la encuesta, a los voluntarios a los que no se informó sobre si el texto había sido producido artificialmente o era de una persona valoraron más favorablemente los primeros, lo que puede responder a que eran más sencillos y accesibles que la obra de poetas destacados.
En total, 1634 personas fueron puestas a prueba por los investigadores para distinguir entre poesía escrita por grandes poetas y obras generadas por IA. En general, el nivel de experiencia con la poesía era bajo: el 90,4 % dijo que leía este género un par de veces al año o menos, el 55,8 % se describió a sí mismo como poco familiarizado con la poesía y el 66,8 % como nada familiarizado con el poeta asignado.
Los científicos trabajaron con diez poemas en orden aleatorio, cinco escritos por poetas como William Shakespeare, Lord Byron, Emily Dickinson y T.S. Eliot, y el resto generados por ChatGPT, pero al estilo de esos autores.
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El resultado fue que los participantes eran más propensos a atribuir que los poemas de la IA habían sido escritos por un humano, y los cinco considerados menos probables de ser de producción humana estaban todos escritos por poetas auténticos.
En un segundo experimento, un grupo diferente de 696 personas evaluó los escritos en función de 14 características como la calidad, la belleza, la emoción, el ritmo y la originalidad. Los autores observaron que los poemas de IA eran valorados más favorablemente en cualidades como el ritmo y la belleza, lo que contribuía a su identificación errónea como escritos por humanos.
Los voluntarios fueron asignados de forma aleatoria a tres grupos. A uno se le dijo que los textos habían sido escritos por un ser humano, a otro que fueron producidos por la IA y al tercero no se le dio ninguna información sobre la autoría.
A los que se dijo que habían sido creados por la IA dieron puntuaciones más bajas en 13 características que los participantes a los que se comunicó que habían sido escritos por humanos, independientemente de si los poemas habían sido creados por la IA o por humanos.
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Los participantes a los que no se dijo nada sobre la autoría valoraron más favorablemente los poemas generados por IA que los escritos por humanos.
Como resultado de la encuesta, los investigadores resumieron que los participantes prefirieron los poemas generados por IA porque eran más sencillos y accesibles que la obra de poetas destacados, y concluyeron que los voluntarios esperaban preferir la poesía escrita por humanos y, como la generada por la IA les resultó más fácil de interpretar y comprender, entendieron erróneamente esta preferencia como una indicación de que el poema había sido escrito por un humano.